El ex presidente de River habló sobre su procesamiento por la presunta reventa de entradas que lo involucra. Además, dio su versión sobre el peor revés deportivo de la historia del club en el que acusó a Julio Humberto Grondona y pidió una investigación al respecto.
Hace cuatro días recibió una noticia difícil. Es que el juez Fernando Mario Caunedo decidió procesarlo a raíz de la causa que lo involucra en una presunta reventa de entradas como parte de una asociación ilícita. Sin embargo, Daniel Passarella desestimó el asunto desde el punto de vista personal e hizo hincapié en cómo afecta a su entorno íntimo. “Me preocupa por el tema familiar. Ya he tenido la desgracia de salir en todos los diarios. Hace mucho pasó lo mismo con un barco con el que supuestamente había invadido impuestos. Yo en ese momento era técnico de la Selección Argentina y había fallecido mi hijo. Cuando me absolvieron, salieron dos renglones. En esta oportunidad, se parece a eso, y ahora tengo a mis nietos. Es un momento difícil para mí que me procese un juez”, expresó.
Yo sé que no hice nada, estoy limpito
En una extensa charla telefónica con Horno Fútbol, programa emitido los domingos al mediodía en Canal 26, el ex presidente de River amplió su testimonio: “Yo nunca le entregué una entrada a un barrabrava. Yo fui de los pocos que se enfrentaron a los barrabravas. Ahora están diciendo que yo tengo un acercamiento con la barrabrava con las entradas, me parece una cosa disparatada. Esta causa que me han hecho es un disparate. Mis abogados me pidieron de rodillas que no hablara, pero estoy hablando por el honor de mis nietos y mi hijo Lucas. Yo sé que no hice nada, estoy limpito. Me buscan porque las entradas que secuestraron durante un año de investigación fueron 14, entradas de protocolo. Son entradas que en River se entregan desde hace 40 años. Está permitido y aceptado por todas las comisiones, incluso de la actual”.
“Hay muchas cosas que la gente que no sabe. Cuando yo llegué al club, se entregaban 12.000 entradas de protocolo y yo las bajé a 6.000 entradas. Jamás le entregué entradas a los barrabravas. Aparte, incluí a 120 barrabravas en el Derecho de Admisión para que no pudieran entrar a la cancha“, aseguró Passarella. De hecho, en uno de los tantos momentos que desvió el foco, recordó la investigación que inició contra la gestión anterior cuando él estuvo al frente de la institución de Núñez. “Yo le hice un juicio civil y una auditoría a Aguilar. ¿Por qué no continuaron la investigación con Aguilar?”, cuestionó. Y, enojado, agregó: “River no tiene hoy en día ni un opositor”.
El que mandó a River a la B fue Grondona
Con respecto a la pérdida de categoría, apuntó directamente a Julio Humberto Grondona, presidente de la AFA entre 1979 y 2014. Como introducción, se refirió al Superclásico del domingo 15 de mayo de 2011, ocasión en la que Patricio Loustau -pese a que el reglamento no lo prohíbe, dirigió por segundo fin de semana al hilo a Boca- fue designado para reemplazar a Héctor Baldassi. “Cambiaron el árbitro. Le agarró una apendicitis a Baldassi y entonces lo pusieron a Loustau. Maglio era el cuarto árbitro, pero Grondona me dijo ‘Maglio no puede dirigir ni en motoneta’. A River lo mandaron al descenso. Yo a Grondona, delante de todos, en la Mesa Directiva, le dije ‘te tenés que ir. Hacés las cosas que querés, cambiás el árbitro cuando querés’. Se lo dije a él en la mesa, nunca fui buchón de decir cosas por ahí. Hay muchas cosas para investigar. Qué casualidad que el Nacional B se vende a la TV ese año, el de River. Yo puedo asumir todas las responsabilidades, pero en el fútbol yo me fui a la B con River como presidente. El campeonato de la B lo ganó Almeyda, no yo. El que mandó a River a la B fue Grondona. Yo no tenía peso político. Fui un tipo que estaba en contra del sistema sin peso político”, disparó.
¿Qué sensaciones experimentó en aquel 26 de junio de 2011? “Me sentí muy mal, ¿cómo me voy a sentir?. Lo de la B fue muy triste, muy doloroso. Voy a mantener toda la vida que nos mandaron a la B. El principal culpable fue Grondona, pero que busquen las escuchas”, sostuvo Passarella. Aunque no tuvo el coraje para asumir ningún tipo de responsabilidad, por más mínima que fuera, sobre su rol durante el año y medio de promedio que le tocó afrontar desde su asunción como máximo directivo, el miércoles 9 de diciembre de 2009.
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“No sé, puede ser. Falta todavía. Mirá que River es un club social y deportivo. Es más fútbol que social, pero hoy las elecciones no las ganas con la gente del fútbol, las ganas con la gente que va al club y nosotros hicimos mucho por la gente que va al club”, manifestó Passarella, pese a que ni siquiera se animó a ir por la reelección en diciembre de 2013.
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