(Osaka – Enviados especiales) La Página Millonaria recorrió la Prefectura, como se denomina en Japón, donde River debutará este miércoles por una de las semifinales del Mundial de Clubes. Todos los pormenores exóticos de lo que se encontrarán miles de hinchas del Más Grande provenientes de Tokio y otros puntos del país asiático.
A unos 400 kilómetros de Tokio, River hará su estreno en el Mundial de Clubes. Como la capital nipona y sus alrededores fueron elegidos por la gran mayoría de la gente para desplazarse desde allí, una gran cantidad viajará entre este martes y las primeras horas del miércoles en tren bala para llegar a Osaka. Se trata de una ciudad con detalles sorprendentes y extremadamente moderna en su zona comercial, debido a que está repleta de shoppings y tiendas con diferentes ofertas electrónicas.
La principal estación de tren justamente se denomina Osaka. Aunque aquellos que decidan arribar en avión se llevarán como sorpresa una aeroisla, ubicada sobre el mar, literalmente. Un puente une a la plataforma mencionada con la ciudad. No sólo pueden utilizarlo automóviles y micros, sino que también hay varias líneas de trenes que trasladan a los pasajes de forma veloz hacia distintos puntos de la ciudad y su periferia. Una ciudad que merece descripción pormenorizada por todos los impactos que puede causar, entre ellos la ausencia de kioscos para darle lugar a eficientes máquinas expendedoras de bebidas frías, calientes y hasta golosinas y snacks.
Para empezar, un auténtico desafío es hallar papeles o cualquier tipo de residuo en el suelo. Ni siquiera en la estación cabecera de Namba -una suerte de Retiro utópica- presenta manchas o basura en el suelo. Increíble. ¿Lo inexplicable? Es difícil encontrar tachos para desprenderse de botellas y demás, por lo que se desprende la siguiente conclusión: los japoneses prefieren guardar los materiales descartables en sus bolsillos hasta encontrar un sector para que sean depositados y reciclados, teniendo en cuenta que existe una clasificación para facilitar el asunto.
Más allá de la presencia de vehículos completamente desconocidos para los argentinos tanto por lo costosos como sus diseños, las bicicletas son muy utilizadas. Es frecuente verlas estacionadas con candados, pero no faltan aquellas que están desprotegidas. Pese a la época invernal que se avecina, muchos árboles lucen hojas y un buen cuidado. Otro tema que despertará curiosidad, siempre y cuando quienes caminen observen el suelo, es el de las alcantarillas: algunas poseen dibujos muy buenos sobre templos.
Con respecto justamente templos hay una singularidad chocante, aunque entendible. El símbolo que los representa es una cruz esvástica o también llamada gamada, pero nada tiene que ver con los nazis. Es que su implementación en Japón data de mucho antes. Además de dicho recintos, hay varios ríos -muy limpios- que cruzan Osaka. Entonces, es frecuente caminar por puentes en avenidas o calles e incluso retratar buenas postales.
El transporte público también merece un párrafo aparte. Los colectivos tienen un diseño completamente diferente al de Argentina. La gente paga al bajarse y puede tener paz con los horarios: son 100% puntuales. Se abona con monedas o billetes que entregan vuelto en una máquina situado a la izquierda del chofer. Sí, a la izquierda, en Japón el volante se encuentra a la derecha. ¿Los trenes? Veloces y, para no ser menos, puntuales. Existe una amplia red en Osaka. La limpieza es absoluta y un detalle perfecto: en las plataformas hay moldes de zapatos para que la gente sepa dónde formar fila y sea ordenada al subir.
La tecnología de ninguna forma puede estar ausente en el texto.
Yodobashi, un shopping de siete pisos, a metros de la estación central de Osaka es un mundo. Asombra tanto como abruma. Precios, luces, lo último en computadoras, celulares y un sinfín de accesorios. Imperdible. Eso sí: hay que emplear escaleras mecánicas y al subir ubicarse en la derecha para quienes opten por el lado izquierdo lo utilicen como una suerte de carril veloz para agilizar el trayecto y alcanzar un ferrocarril.
Otro asunto: el Mundial de Clubes pasa totalmente inadvertido. No hay carteles ni indicios en las calles o avenidas. Ni siquiera en las tapas de los diarios, donde queda reflejado que, pese al crecimiento futbolístico sostenido en tierras niponas, el deporte nacional es el Baseball. Aun así, Japón fue la sede principal de la Copa del Mundo 2002, realizada conjuntamente con Corea del Sur. La final se disputó en Yokohama, donde el brasileño señaló ambos goles en el 2-0 sobre Alemania. Ojalá que el próximo la fiesta allí sea para River. Por lo pronto, este miércoles debutará en Osaka, una ciudad con detalles sorprendentes.