Los grandes equipos de la historia del fútbol quedan en evidencia cuando ganan títulos, y también por la manera que tienen de enfrentar las derrotas. Y la noche de River en Brasil fue extraordinaria por donde se la mire, y solamente no alcanzó por lo abultado del resultado de ida. Es por esto que quedó la sensación de angustia y de bronca más allá del orgullo, porque el equipo jugó un partido memorable y no le alcanzó para ser finalista.
E Ignacio Fernández fue uno de los que no pudo contener las lágrimas luego del silbatazo final. Entró en un llanto desconsolado e interminable, y terminó contenido en los brazos de Marcelo Gallardo por un buen rato, tratando de encontrar descarga y consuelo después de lo que fue un partido sumamente intenso.
El Muñeco no se cansó de darle palabras de aliento mientras lo abrazaba eternamente a quien es uno de sus jugadores predilectos a lo largo de su ciclo, y quien hoy jugó un gran partido en Brasil al igual que todos sus compañeros. ¡Orgullo eterno por cada integrante de este equipo!