Marcelo Larrondo sorprendió y aseguró que varios futbolistas del club rosarino lo mensajearon y le confesaron que les gustaría jugar en el Millonario porque el clima en el conjunto canalla no es el mejor.
La llegada de Marcelo Larrondo no fue sencilla. Además de las largas negociaciones y la confusa llegada de Montreal Impact para llevárselo, el delantero debió soportar la hostilidad de los hinchas de Rosario Central.
Sin embargo, Larrondo le confesó a Olé que no es el único futbolista del equipo dirigido por Eduardo Coudet que tiene ganas de ponerse La Banda (cabe recordar que Víctor Salazar tenía todo arreglado y se quedó porque habría recibido amenazas).
“Hay muchos jugadores de Central que salieron a hacer declaraciones. Te digo la verdad: hay muchos que me mandan mensajes y que se quieren venir para acá, imaginate si te digo eso… Así que mejor no hablo porque si no, los prendo fuego”, indicó Larrondo.
“Fue un episodio que en lo personal resultó muy feo: salir así de Rosario fue una pena porque la gente me apreciaba mucho, me brindaba mucho cariño, pero fue un momento difícil. Los dirigentes de Central dijeron muchas cosas que no fueron verdad, pero bueno: el tiempo dirá cómo fueron los acontecimientos. Yo ahora solamente quiero enfocarme en River y en este presente que estoy viviendo”, agregó.
Larrondo remarcó que la barra brava de Rosario Central jamás lo amenazó, aunque se contactó con él y con su esposa a través de mensajes con insultos. Por eso eligió no manifestarse al respecto, pero sí hacer fuerza para irse del Canalla y llegar a River.
“Sí, miedo tuve porque, más allá de que nunca recibí un apriete de la hinchada como se había dicho, sí me mandaron mensajes y cosas que no eran lindas, tanto a mi mujer como a mí. La verdad es que se metieron con mi familia y eso fue lo más feo. Y por eso en su momento preferí no hablar y esperar un poco: no era la situación para que lo hiciera. Pero ya está, por suerte ya lo viví y ahora quiero olvidarme de eso”, concluyó.
+ VEGA: Ahora podría irse a Talleres.
+ CAVENAGHI: ¿Con destino italiano?
