Argentina salió campeón del mundo. Pellizcá al que tenés al lado que todavía no lo puede creer, decile que es real, que pasó. La Scaloneta, en una de las finales más infartantes de la historia del fútbol, empató 3-3 con Francia en los 120 minutos y se impuso en los penales gracias a la efectividad en las ejecuciones y a un Dibu Martínez que volvió a hacerse inmenso en el momento que más le gusta: cuando tiene a los pateadores rivales en frente muertos de miedo.

 

 

Gonzalo Montiel será un nombre que se repita por muchísimo tiempo. El mundial fue de Messi, de Di María, del Dibu, de Enzo, pero también de Cachete, que se hizo cargo del último penal y lo convirtió con una categoría envidiable al igual que contra Países Bajos. Lloris se tiró sobre su izquierda y el ex lateral de River abrió el pie para cruzarlo hacia la derecha del arquero francés. Nada que hacer. Festejo, locura, desahogo, éxtasis.

 

En medio de los festejos en el campo de juego del Estadio Lusail, apareció otro ex River que le provocó una fuerte emoción a Cachete: Lucas Martínez Quarta. El Chino, que no logró quedar seleccionado en la lista final de Scaloni, viajó a Qatar para presenciar la final y obviamente se coló en los festejos. Cuando se cruzó con su ex compañero del Millonario, hubo una sonrisa de oreja a oreja en ambos rostros y los dos se fundieron en un fuerte abrazo. Bautista y Mía, los dos hijos de Martínez Quarta, fueron testigos privilegiados del momento emotivo.