Este 25 de mayo llegó el mejor regalo para River desde Colombia. El equipo sufrió el partido frente a Fluminense, cayó derrotado por 3-1 con un equipo casi que improvisado por todas las adversidades sufridas en las últimas semanas, y el empate sin goles entre Junior e Independiente Santa Fe lo metió en octavos de final, en un trámite de partido entre los colombianos que fue agónico de principio a fin.

Algo similar había ocurrido en la fase de grupos de la Copa Libertadores 2015, donde River necesitaba golear a San José de Bolivia y esperar además un triunfo de Tigres en Perú frente a Juan Aurich, que finalmente se concretó con un inolvidable 5-4 y un héroe como Enrique Esqueda que metió un triplete que es muy recordado por los hinchas. Esa clasificación lo llevó a jugar contra Boca en ocatavos de final, y luego dibujar un hermoso camino hasta la vuelta olímpica.

Desde otro ángulo, la clasificación a la final de la Libertadores 2018 también fue muy sufrida y angustiante. River caía 2-0 en el global frente a Gremio en Brasil faltando 10 minutos para que termine la serie, y enconytró dos goles caídos del cielo para llegar a la final frente al clásico rival, con un gol de Borré y otro del Pity Martínez de penal, y así levantar el grito en el cielo en medio del diluvio de Porto Alegre, y con un claro penal que fue revisado por el VAR con una demora de casi 10 minutos hasta que fue cobrado. Todo de película.

El último antecedente se remonta a la Copa Argentina del 2016, donde en dieciseisavos de final el equipo del Muñeco se enfrentó a Estudiantes de San Luis y sufrió hasta el último minuto pra encontrar en un gran tiro libre del Pity la clasificación de ronda, esquivando de esa manera los penales que parecían inevitables.