El exjugador de River vivió todo el partido, que decretó el ascenso, con sus excompañeros detrás de uno de los arcos. Además se sumó a los festejos en el vestuario, pero se fue con el perfil bajo que lo caracteriza al no hablar con los medios.
El juvenil Erik Lamela sufrió el descenso de River cuando hacia sus primeros pasos en Primera. Coco fue una de las figuras y encargado de tratar de salvar a River ese 26 de junio que sentenció el descenso del equipo, uno de los peores golpes en su corta carrera. Por lo que siempre se mostró triste pero confiado de que el Millonario volvería a su lugar, la Primera División.
Ya contra Boca Unidos se hizo presente en el vestuario y en la cancha para apoyar a los jugadores con lo que supo compartir el peor de los sufrimientos que da el fútbol. Y el sábado nuevamente estuvo detrás del arco que da a la tribuna Sivori viendo el partido y alentando junto a Germán Pezzella, Gustavo Bou, Gonzalo Marinelli, Juan Manuel Díaz y Andrés Ríos.
Después del último pitido del árbitro que decretó el ansiado ascenso salió a festejar con todos, ahí se lo vio abrazarse con Cirigliano, con quien jugó en las inferiores riverplatenses desde infantiles, entre otros jugadores. También se unió al festejo el vestuario, pero en todo momento se mostró encapuchado y se retiró a las corridas sin querer hablar con la prensa, manteniendo su perfil bajo con los medios.
