(Incluye video). Los hinchas, calientes, se manifestaron dentro y fuera del estadio. Néstor Gorosito utilizó como escudos humanos a sus jugadores, mezclándose con ellos para evitar ser el centro de los insultos y proyectiles. En el hall, más de 200 simpatizantes insultaron a la dirigencia.
El clima en River no es el mejor desde hace tiempo y eso no es noticia. Y la tarde de ayer no fue la excepción. Cuando finalizó el encuentro, toda la platea San Martín se unió en insultos contra algunos blancos específicos. Los jugadores que se llevaron lo peor fueron, por lejos, los apáticos Rodrigo Archubi y Gustavo Bou. La contracara fue Matías Almeyda, quien, tal como lo había hecho Ortega en el partido ante Arsenal, fue el primero en irse rápido del campo de juego, lejos de sus compañeros y fue el único ovacionado.
Pero más particular fue el caso del resistido Néstor Gorosito: a diferencia de otros partidos, no se retiró del campo de juego con el resto del cuerpo técnico, sino que espero a rodearse de jugadores que no iban a ser insultados -como Keko Villalva por ejemplo- y emprendió camino al tunel rodeado de ellos. Pero eso no alcanzó para no ser despedido con una catarata de insultos, “bombazos de agua” y una lluvia de objetos de todo tipo. En el medio de la tormenta de proyectiles, Buonanotte interpretó que esa despedida también lo incluía a él e increpó a la platea San Martín con insultos y todo tipo de ademanes.
Fuera de las tribunas, bajo el hall de la platea San Martín, la furia de los hinchas continuó y más de 200 socios, carnet en mano, insultaron durante más de diez minutos a la dirigencia. Pidieron “que se vaya Aguilar y la Comisión”, repitieron una y otra vez el clásico “que se vayan todos y no quede ni un solo” y otros cantos reclamando que “perdimos otra Copa y no renuncia nadie”.
Imagen: La Página Millonaria



