Aimar ya tiene un número designado especialmente, debido a que lo pidió por un significado diverso para su carrera.
Quiere volver a brillar. Desea escuchar la melodía de una ovación en el Monumental. Anhela como nunca sentir los aplausos de quienes alientan a River. En síntesis, Pablo Aimar se encuentra sumamente ilusionado por su inminente oportunidad de vestir el manto sagrado.
La banda roja lo espera. Y el Payaso pretende defenderla de la mejor manera. ¿Con qué cifra? Pidió la casaca 35, debido a que no sólo representa su edad, sino también el número que tuvo en la espalda cuando debutó oficialmente en el Valencia, de España.
Como la lista de concentrados es de 18 jugadores, Aimar sí o sí tendrá la posibilidad de ser parte del banco de suplentes. Ahora, tendrá que demostrar que puede aprovechar unos minutos si Marcelo Gallardo lo pone el próximo domingo, frente a Rosario Central.
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