El 2 de octubre de 1935 nacía el heredero de la número 10 de Angel Labruna, figura del primer tricampeonato y protagonista de una transferencia récord para la época.
El “Cabezón”, como lo apodaban, llegó a River de la mano del maestro Renato Cesarini, que lo había cobijado en su club durante las Inferiores, y debutó con La Banda en 1955, en un encuentro que terminó en goleada por 5-2 a Lanús. Sívori ingresó a la cancha por el máximo ídolo riverplatense Ángel Labruna y convertió el quinto tanto.
Con los años, todavía hoy se recuerda aquel debut que luego derivó en la dupla Sívori-Beto Menéndez, la cual marcó una época en el fútbol argentino y el continente americano. En la Selección Argentina brillaron juntos durante el año 1957, en el equipo denominado “Los Carasucias de Lima” y que se quedó con la Copa América desplegando un fútbol pocas veces visto.
Otro de los logros de los que fue partícipe el Cabezón fue el primer tricampeonato de River, en 1955, 1956 y 1957. Sívori fue el goleador en dos de esos tres títulos y marcó 28 goles en 63 partidos disputados. Cuentan quienes lo vieron jugar que hacía estragos con su zurda, que se calentaba cuando le hacían faltas repetitivas y que su garra y empuje fueron artífices de los títulos que obtuvo uno de los mejores equipos que tuvo el club de Núñez en su historia.
El 27 de mayo, el Cabezón emigró hacía Italia a cambio de 10 millones de pesos, para jugar en la Juventus, equipo donde luego -como no podía ser de otra manera- fue figura. Y aquella venta le permitió a River alcanzar una transferencia económica descomunal para la época. Cómo habrá sido, que con ese dinero River construyó la última tribuna que le faltaba al Monumental, un estadio que hasta ese momento tenía forma de herradura.
Pero fue recién en 2005, con la triste noticia de su fallecimiento, que la dirigencia riverplatense decidió homenajearlo y nombrar las tres bandejas de la tribuna norte, que dan al Río de la Plata, con su nombre.
