Hay futbolistas nacidos para trascender en los grandes escenarios, y Franco Armani es el ejemplo más claro de lo mencionado anteriormente. En el partido más pesado de todo el 2021, el arquero volvió a sacar chapa de líder y de personalidad para aparecer con atajadas importantísimas que ayudaron mucho al equipo en la serie frente al Mineiro. Pese a la derrota, River quedó vivo por la corta diferencia, y ahí radica la importancia de Franco, sobre todo en el segundo tiempo.

En el primer tiempo impuso su presencia en los centros y tuvo buenas intervenciones estando atento, y en el complemento apareció su mejor versión. Primero achicó el arco para ganarle un mano a mano a Vargas y mandarla al córner, y luego le tapó otra muy buena pelota al mismo delantero. Unos minutos después neutralizó un tiro libre fuertísimo de Hulk.

Y sobre los minutos finales atajó a puro reflejo un cabezazo casi a quemarropas en el área chica para despejarla con un gran manotazo, en una jugada que pudo marcar un antes y un después en la serie en caso que River pueda revertirlo en Belo Horizonte. Fueron cuatro grandes intervenciones decisivas, y en el gol de Nacho Frnández no tuvo ninguna responsabilidad, porque fue todo mérito del volante ex-River. En definitiva, Franco sacó todo su esplendor cuando River más lo necesitó. Fiel a su estilo. Fiel a su historia en el club.