En un clásico con polémica, River lo ganó con el tiro del final

El Millonario llegó a Avellaneda con la necesidad de volver a ganar, pero fundamentalmente con la idea de recuperar el funcionamiento colectivo que no tuvo la fecha pasada ante Sarmiento de Junín. Con esa búsqueda salió al campo de juego del Libertadores de América y tuvo un buen arranque. Desde los primeros minutos se hizo dueño del balón y además generó la primera maniobra clara del clásico: tras un tiro de esquina de Esequiel Barco, Pablo Solari tuvo una doble chance para abrir la cuenta: en el primer remate –de tres dedos- alcanzó a tapar Milton Álvarez, mientras que en el rebote decidió darle con el empeine, a colocar, con mala fortuna porque su segundo disparo salió apenas desviado.

Con el correr de los minutos, Independiente comenzó a ganar las segundas pelotas y a emparejar el trámite del partido. Y desde ahí logró incomodar a la defensa millonaria en un par de maniobras. La primera situación clara se produjo a los 22 minutos de juego, tras una buena habilitación de Alan Soñora para Leandro Benegas, que definió de zurda y de mediavuelta. El balón salió muy cerca del poste derecho de Franco Armani. Un par de iuntos después, el Rojo volvió a arrimar algo de peligro con un zurdazo desde afuera del área de Leandro Fernández, pero salió al medio y controló sin inconvenientes el uno millonario.

El último cuarto de hora del primer tiempo fue algo más entretenido. River volvió a generar una aproximación a los 31 minutos, desde una guapaeada de Lucas Beltrán y un toque al medio para Rodrigo Aliendro, que leyó bien la maniobra pero su remate fue interceptado antes de llegar al arco de Álvarez. Inmediatamente y tras el tiro de esquina, Paulo Díaz intentó una pirueta pero sin mucha efectividad: su volea terminó en las manos del arquero local, que dominó la pelota sin inconvenientes.

Sobre el cierre de una primera etapa pareja, repartieron opciones de gol, de un lado y otro. River volvió a llegar con un remate desde afuera del área de Agustín Palavecino que salió muy cerca del ángulo superior izquierdo de Milton Álvarez. En la jugada siguiente, tuvo el gol otra vez Benegas, esta vez anticipando de cabeza. A las manos de Franco Armani. Una primera mitad pareja, con mucha intensidad pero poco vuelo.

En el complemento River se hizo dueño del protagonisma y dominó las acciones prácticamente de principio a fin. Más allá de algunas aproximaciones esporádicas del equipo de Julio Falcioni, el Millonario tuvo la ambición para ir en busca de la victoria, claro que no siempre eligió los caminos correctos. La primera chance fue a los 5 minutos, en una jugada en la que se invirtieron los roles: Lucas Beltrán se tiró a la banda derecha y sacó un centro filoso para la aparición de Pablo Solari en posición de 9. El ex Colo Colo no alcanzá a conectar el balón y Esequiel Barco, que apareció por el segundo palo, tampoco definió bien y terminó rematando contra el cuerpo de un defensor del Rojo.

El conjunto local pareció reaccionar y tuvo a los 10 minutos una situación clara desde un remate de media distancia de Damián Batallini. ¿Fue centro o tiro al arco? La pelota parecía que se colaba por el segundo palo, pero Franco Armani volvió a hacerse gigante para sacar un manotazo y sacar la pelota al córner. Tras el tiro de esquina y un cabezazo en el primer palo, Juan Manuel Insaurralde estuvo a nada de empujar el balón por el segundo poste. Fue el único momento que pareció inquietar Independiente en la segunda mitad.

A los 15 minutos del complemento llegó la jugada más discutida de todo el partido. En medio de un forcejo dentro del área, Miguel Borja recibió un golpe de puño por parte de Barreto que lo derrumbó inmediatamente. Pese a mostrar el sangrado en los dientes y de observar la jugada en el VAR, Fernando Rapallini decidió no sancionar un claro penal en favor de River. Una determinación insólita del juez, que hace un tiempo atrás tomó una sanción distinta ante una jugada similar que involucró a Maidana y Cóccaro en el estadio Tomás Duccó.

Una vez que superó el nerviosismo por el penal no sancionado, River volvió a meterse en partido y a generar más situaciones de gol. Es cierto, sin demasiada claridad y producto más del empuje que del juego. Bruno Zuculini tuvo a los 24 minutos un remate desde la puerta del área que salió muy cerca del poste. A los 28’ y tras un doble enganche, Pablo Solari sacó un disparo cruzado que controló bien Milton Álvarez. Y a los 35’, luego de un centro defectuso de Elías Gómez, avisó Matías Suárez con un cabezazo que se fue apenas alto.

Cuando el partido parecía que moría en un cero a cero con sabor a muy poco, llegó la primera y única emoción de la noche cuando ya se jugaba el tiempo de descuento. Zuculini recibió un rebote en la puerta del área, remató desde la puerta del área y un desvío habilitó a Matías Suárez, que quedó mano a mano con el arquero y definió tirándose al suelo. El cordobés selló así la victoria en un clásico que tuvo más lucha e intensidad que juego. Lo ganó el Millonario con el tiro del final y volvió a recortar unidades en la tabla de posiciones.