El volante de River retornó a la Primera tras un año y medio y, sin brillar, fue el jugador más claro del equipo. Compensó las fallas de sus compañeros y distribuyó mayormente con criterio.
En un plantel corto, recuperar jugadores es indispensable. Ezequiel Cirigliano es un ejemplo perfecto. Supo ser el 5 titular del Millonario, pero quedó relegado en el comienzo del semestre y recién debutó en la fecha 17.
Pero su vuelta a la titularidad no fue en vano porque, si bien estuvo lejos de brillar, fue el mejor jugador de River en el Cilindro de Avellaneda, dentro de una actuación colectiva preocupante.
Tuvo errores, claro, pero en varios pasajes del partido salió a cortar a los costados para compensar las fallas que hubo en ambas bandas durante los 90 minutos.
Recuperó pelotas claves y distribuyó con más aciertos que errores, para redondear una actuación aceptable, como pedía la final que River dejó pasar ante Racing.
Se viene el Superclásico que definirá gran parte del semestre riverplatense. Cirigliano aparece como una opción en un mediocampo que, desde que se lesionó Kranevitter, no tiene dueño.



