Torneo Apertura 2006. Corría la tarde de aquel lluvioso 5 de noviembre, River ya estaba en ventaja ante San Lorenzo y llegó la obra de arte que le puso un moño de oro al clásico. Ariel Ortega se llevó la pelota desde mitad de cancha, encaró al área y le picó la pelota a Sebastián Saja creando así una de las más grandes maravillas que se pudieron observar en el Monumental.

Ese día, también, Atilio Costa Febre gestó uno de los relatos más emocionantes que pudo realizar a lo largo de su vigente carrera: "Me voy, basta para mí. Te quiero hasta el final, Ariel. Hasta el final de nuestras vidas te quiero. Te amo futbolísticamente. Siempre fuiste mío, Ariel".

Y el jujeño, quien en su debido momento no tuvo la posibilidad de oír a Lito, confesó en LPM TV: "Cuando escuché el relato de Costa Febre, me puse a llorar. En el momento no lo escuché porque jugaba. Pero cada vez que lo escucho me emociono".

A su vez, el propio Costa Febre le envió un mensaje al Burrito, quien lo escuchó al aire del programa: "Qué decir de vos que no haya dicho a esta altura de mi vida profesional. Primero que te admiro, que te quiero, que tengo por vos un gran afecto. Siempre tuvimos una relación muy respetuosa, le diste muchísimas cosas a mi relato deportivo. Fuiste, sos y serás mi debilidad futbolística".