El 28 de abril del año 2002 fue una jornada inolvidable en la carrera futbolística de Martín Demichelis, y también una fecha clave para lo que después fue la consagración del equipo de Ramón Díaz en un torneo local. El Más Grande enfrentaba a Racing en el Estadio Monumental, en un duelo decisivo por la punta del torneo, y con el partido 0-0 fue expulsado el arquero Ángel David Comizzo, en un momento en el que Ramón Díaz ya no podía hacer más cambios.

Y allí apareció la figura del flamante entrenador de River, quien se calzó los guantes y se hizo cargo de ese momento cargado de presión y adrenalina, que terminó con final feliz con un golazo de Nelson Cuevas a la salida de un tiro libre peligroso para el rival. “Fue uno de los tantos goles más gritados en la historia reciente de River, junto con el del Pity en Madrid y otros más. De alguna manera el arco siempre me gustó, porque mi viejo era arquero. Y no sé si por homenaje a él o por coraje pedí ir esa vez a atajar, y también lo había hecho en mi pueblo, Justiniano Posse. Y por eso cuando pasó lo de la expulsión de Comizzo, ni lo dudé. Creo que estaba designado para eso Celso Ayala, y Andrés D’Alessandro quería ser él con los guantes, pero le dije que ésta oportunidad era para mí, je. Todos hablan del pase de Rojas y la definición de Pipino, pero nadie habla de lo bien que armé la barrera, je”, recordó Demichelis sobre aquella tarde en diálogo con el sitio oficial.

El lamento de Demichelis recordando aquel partido

Pero a Micho le quedó una factura pendiente de aquella tarde mágica, de la cual 20 años después se sigue arrepintiendo, y de paso recordó la noche en la que Enzo Pérez también se disfrazó de héroe parándose bajo los tres palos.”Lo que más lamento de esa tarde es no haberme quedado con el buzo y los guantes de Comizzo. Pero bueno, quedó como una de las grandísimas anécdotas dentro de esta relación que me une con River. Y no tengo dudas que Enzo Pérez cuando le tocó lo hizo mejor que yo, porque estuvo más minutos y era un partido especial casi sin jugadores. Tuvo una gran personalidad”, cerró.