Brian Ángel Velázquez es el nombre de un hincha de River que se transformó en pequeño héroe anónimo. Sin la responsabilidad de entrar a la cancha, elegir una formación ni tomar decisiones importantes en el día a día, aportó su granito de arena al comunicarse con la gente del club para que Marcelo Gallardo pudiera recuperar una carpeta robada en la noche del viernes 16 de noviembre de 2018, ocho días antes de la fecha señalada para la revancha de la final de Copa Libertadores contra Boca que se terminó postergando para el domingo 9 de diciembre, en Madrid.

La situación sucedió en el barrio porteño de Palermo. "Mi supervisor me pidió si podía cubrir a uno de los muchachos que no iba esa noche porque estaba enfermo. Me dio avenida Córdoba, de Bulnes a Scalabrini Ortíz. Le dije que no tenía problemas", reveló el barrendero que terminaría recordando esa jornada por el resto de su avenida. Es que durante la limpieza halló el tesoro que todo técnico rival del Muñeco quisiera tener: sus bocetos estratégicos, con nombres, dibujos tácticos, ideas estratégicas y planes tácticos.

"Fui a vaciar un cesto papelero. Nosotros tenemos una llavecita para abrirlo, pero ya acercándome vi unas carpetas de River. Yo tengo la costumbre de agarrar todo lo que sea rojo y blanco. Entonces agarré las carpetas, vi que estaban gorditas, que tenían papeles adentro, y las guardé en el depósito del carro sin mirarlas. Seguí laburando, pero después de un par de cuadras más me agarró la curiosidad. Todavía no había terminado el recorrido, pero algo me hizo abrirlas. Dejé el carro estacionado, me fui a sentar a la entrada de un edificio que tenía más luz y abrí las carpetas. Empecé a ver nombres de jugadores de River y de Boca, flechitas, canchitas con formaciones, banco de suplentes, planillas con números… no entendía nada. ¿Qué es esto?, me preguntaba. Y entre tantos papeles me encontré con un pasaporte que tenía una cinta adhesiva y el apellido Gallardo. Lo abrí y ahí estaba la foto del Muñeco y sus datos", confesó Velázquez, en diálogo con 'Gallardo Recargado', el imperdible libro del periodista Diego Borinsky.

 

La reacción del barrendero fue propia de alguien que pensaba una posible idea para una cargada en víspera de semejante acontecimiento deportivo: "Lo primero que se me cruzó es que era todo trucho, que era una joda, algo que iban a pegar los hinchas de Boca por la calle. Es que en esos días no se hablaba de otra cosa que de la final y el sentimiento que se vivía en la calle era terrible". Sin embargo, eran documentos y papeles del DT de River. Por eso Velázquez decidió comunicarse con el club mediante un llamado en el que pudo contactarse con una empleada que inició la gestión para que el material llegara a su dueño.

Velázquez relató con lujo de detalles lo sucedido: "La chica debió pensar que era un boludo que estaba jodiendo. Me pidió que le dejara el teléfono y traté de ir a pegar un poco los ojos, pero no pude. Habrá pasado una media hora y me llamó un colaborador de Marcelo, y me agradeció mucho el gesto. Me preguntó cómo podían retribuírmelo y yo le contesté que sólo quería conocer a mi Napoleón, darle un abrazo, devolverle las cosas y llevarme una camiseta de River". Al día siguiente, se despertó temprano con su pareja, Carla, y su hijo Mateo, de seis años en ese momento. Un remís del club lo pasó a buscar para ir al predio de Ezeiza, acompañado por su suegro y su cuñado, invitados para la ocasión.

Mientras tanto, Gallardo no había hecho la denuncia. Estaba resignado. Marcelo Sapienza, el masoterapeuta que tiene el cuerpo técnico, se acercó para consultarle si había perdido diferentes objetos laborales. "No perdí, me robaron mi maletín, eso pasó", contestó el DT. "Ah, porque recién me llamó Liliana, de Informes. Me dijo que esta mañana, apenas entró al club, se comunicó un señor diciendo que tenía unos documentos tuyos y dejó el teléfono", le avisó Sapienza.

¿Qué le había ocurrido al Muñe? Cenó en Palermo y, tras salir del restaurante, vio que camioneta tenía roto un vidrio trasero. La tristeza duró poco tiempo gracia al héroe de turno. "El pibe era barrendero, muy gallina y al acercarse al volquete vio cosas rojas y blancas y le llamaron la atención, porque todo lo que sea de River el loco se lo lleva", explicó el entrenador, en "Gallardo Recargado". Y agregó: "Me devolvió el pasaporte y los apuntes, el ipad obviamente se lo habían llevado los ladrones. Charlamos un rato, les regalamos camisetas de River y se fue recontento".