Parece que fue hace un siglo y, sin embargo, pasaron apenas ocho años. Será porque a juzgar de lo que nos deparó el siglo XXI, para muchosriverplatenses esta centuria todavía no empezó. Por lo menos futbolísticamente, ya que las alegrías que humedecieron nuestros ojos llegaron desde un gotero lagrimal. Cuando todo daba para suponer que la lluvia de triunfos internacionales que nos faltaban se venía preparando como un aluvión imparable, todo cambió, y la sequía de alegrías fue creciendo de manera angustiante hasta llegar a este incierto presente.
Sin embargo, aquél 25 de Mayo de 2001, River festejaba su cumpleaños número cien de manera incomparable. Eran los años en que se hablaba del “fin de las utopías”. Y un grupo de tipos mancomunados por esa revolución espiritual que es sentir “pertenencia”, armaron la más impresionante demostración de amor al club de sus amores que yo recuerde. Éramos cincuenta mil, sesenta, cien mil pacíficos piqueteros que sitiamos la Capital. El punto de encuentro era el Obelisco y de allí marcharíamos a pie hasta el estadio Monumental. Las huellas de aquella peregrina hazaña todavía rebotan en nuestra memoria. Quedaron inscriptas en nuestros ojos como en nuestros corazones. En el cuerpo como en los atuendos que hoy son nuestro relicario. Las fotos que sacamos, laszapatillas,las camisetas,las pulseras que usamos y los abrazos, que todavía guardamos. Fue una manifestación brutal de energía, vital por donde se la mire, en un país que venía con el almaacalambrada…
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Foto: El Aguante de River.



