La situación con el coronavirus afecta a todo el mundo y jugadores que pasaron por el mundo riverplatense cuentan sus vivencias desde el rincón del planeta que les toca estar. En este caso, fue turno turno de Daniel Vega, quien se encuentra en Estados Unidos como arquero delSan Jose Earthquakes, club dirigido técnicamente por Matías Almeyda.

“Desde el jueves estoy en casa y ayer nos informaron que hasta el viernes tenemos que eseperar por novedades.Estamos trabajando en casa lo que podemos para mantenernos en estado”, explicó el Indio en charla con River Monumental. Y agregó: “Estos días estuvo un poquito más movida la ciudad porque el condado avisó que los comercios iban a cerrar y la gente salió a comprar muchas cosas”.

Además, explicó que el fútbol en Estados Unidos tuvo un parate inmediato apenas se comenzó a propagar la enfermedad por esas tierras.“Acá hay una organización como Agremiados en Argentina, pero acá es muy fuerte y toman desiciones. Nos sentimos muy protegidos”, declaró el arquero. Y aprovechó para comparar la situación con lo que se debería hacer en la Argentina: “No tendría que haber sido una desición de River la de parar el fútbol. Debería haber sido una decisión de la AFA”.

El golero explicó que su llegada al San Jose Earthquakes se generó gracias a el arribo de Matías Almeyda al equipo.“Cuando llegó el Pelado,el club buscaba un arquero y fue una alegría que me llamara a mi. Estoy muy agradecido”, reveló. El volver a coincidir equipo con el técnico le trajo recuerdos de sus duras etapas devolviendo a River a Primera:”Justo anoche vi un video del último partido cuando ascendimos y me emocioné mucho. Cuando hablo con Matías de eso lo recordamos como muy duro, parece que duró 10 años”.

El Indio fue el arquero de aquella campaña en la B Nacional y comenzó a hacer memoria de todo lo que tuvieron que pasar durante la temporada.”River tuvo que pasar una catástrofe, venía haciendo las cosas muy mal. Hoy con todo lo que logró, no hay cargada alguna que sirva. River ha humillado todo este tiempo”. Y recordó:“Era todo presion. Un empate era una derrota, si ganabamos era porque eran equipos del Nacional B y si perdiamos era una catástrofe. Si me preguntas si lo disfruté, la verdad no”.

El oriundo de Neuquén se siente agradecido con el Millonario y admitió que aunque “hoy le costaría muchisimo acostumbrarme de nuevo a la locura del fútbol argentino” no dudaría de regresar a Núñez si en algún momento del futuro llega algún llamado.