La Página Millonaria pudo presenciar en exclusiva una clase de crossfit dictada adentro del Monumental. El fanatismo por River trasciende a cada una de las actividades que se realizan en el club.

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“Tenés que venir a crossfit en River”. De un sinfín de respuestas posibles a esa frase que retumbaría en la cabeza de cualquier mortal alejado de la actividad deportiva, el “sí” es sin dudas la que menos cuadraría. “Están locos, mirá si me voy a anotar ahí, quedan todos gigantes, te lesionás. Paso”. Pero bueno, como siempre que hay amigos de por medio, los panoramas cambian. Y así fue. Si a este combo le sumamos que esos amigos son los mismos con los que vas a la cancha y comés asados en los quinchos y que el “box” –ese espacio en donde te colgás de barras, levantás peso superándote todos los días y no encontrás un solo espejo más que la arenga de tus compañeros para alcanzar nuevas metas- queda adentro del Monumental, la cosa se pone más linda.

Y le das una chance. Es un mundo nuevo, pero con viejos conocidos. Las camisetas de River se convierten en ese hilo conductor en donde viejos y pibes se las ingenian para llegar a entrenar una hora por día. Tenés desde el policía que cuida al plantel profesional hasta la profesora de natación que te daba clases cuando eras chica. El grupo de la Sívori, tus compañeros de la Belgrano, y “coachs” que fueron a Japón.

Crossfit en River es diferente. River es diferente. La vida deportiva adentro del club es enorme, y sin embargo muchos socios no encontraban un deporte que los enganchara, viste que muchas veces probás y vas rebotando entre gimnasios, pero la cosa no fluye. Bueno, eso que te habrá pasado- y que a mí también-, acá encuentra una opción que es al mismo tiempo entretenida y que requiere un compromiso, que va creciendo a medida que pasan las semanas y los profesores te enseñan que podés superarte, te dan confianza y el trato es muy personalizado. Déjenme, de todas formas, permitirme convivir con esa desconfianza de que si no fuese en el Monumental, tal vez sería diferente.

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Eso nos cuenta Jerónimo Ladoux, el coach general de la actividad, mientras pisa el césped del Vespucio Liberti. No solamente es un enfermo de River- viaje a Japón mediante- sino que además pidió trabajar en el club para combinar sus dos pasiones, su laburo y su equipo: “El ambiente acá es diferente, no se ve en ningún otro lado. Venimos todos con camisetas de River, trasladamos la pasión al entrenamiento. Dar una clase adentro del Monumental es un sueño cumplido”. Ojo que ya se había dado el lujo de corregirle la técnica a un tal Enzo Francescoli y a un DT que anda algo dulce, Marcelo Gallardo.

Mario Alsina es el presidente de la Subcomisión de Crossfit y junto a Santiago Poblet, dirigente y alumno fiel, organizaron una clase adentro del Monumental. Toda la semana se pudieron anotar los alumnos para disfrutar de este privilegio que tantos seres humanos pasarán su vida soñando con poder concretar. Pero créanme que fueron fieles representantes de ese sentimiento compartido por todos y que la emoción se robó el protagonismo de la tarde. Hubo lluvia de selfies y mucho nerviosismo, corrieron todos de sus trabajos para llegar a las 18.30hs. “Hoy no podemos perder. Que me perdone mi jefe, pero me escapé”, dijo una de las chicas. Y es que en River está prohibido abandonar.

+ GALERÍA DE FOTOS: Mirá las imagenes de la clase en el Monumental.