Como no podía ser de otra manera, un Superclásico en donde los dos equipos llegaban de manera deprimente a la disputa del partido más importante del fútbol argentino entró en la historia. Pero no fue por un gran triunfo millonario para romper la racha de seis años sin ganar en el feudo boquense. Tampoco ganó nuestro eterno rival, ni mucho menos pudo lograr Palermo su record como goleador. Nada de eso, este Boca-River del primer día del otoño de 2010 quedará en el recuerdo por ser el primero suspendido por lluvia en toda la historia del superclásico desde que en 1913 se produjo el primer enfrentamiento oficial.
Claro que el de esta tarde no fue el primer superclásico oficial en suspenderse antes del final si tenemos en cuenta otros motivos, ya que el primero en la era profesional debió ser suspendido por un mayúsculo escándalo. Fue el 20 se septiembre de 1931 en la vieja cancha de madera que Boca tenía en el mismo terreno actual. River ganaba con tanto de Carlos Peucelle logrado a los 16 minutos de juego, pero a los 27 el árbitro Enrique Escola les concedió un penal a los auriazules. Lo ejecutó Francisco Varallo, pero el remate lo repelió Jorge Iribarren que no llegó a contener, la pelota regresó al delantero rival e Iribarren volvió a contener, hasta que en un tercer intento, y haciendo un foul evidente contra el arquero millonario, Varallo logró introducir el balón en el arco riverplatense. Los jugadores de River protestaron por la jugada y se originó un tumulto (foto), rodeando a Escola y con intenciones de agredirlo. El árbitro finalmente expulsó a Camilo Bonelli, José Belvidares y Pedro Lago y se retiró a los vestuarios a pesar de que los dirigentes de ambos clubes insistieron para que volviera al campo de juego. Los incidentes siguieron en las calles, en dónde hinchas de ambos clubes se agarraron a golpes y en donde tuvo que intervenir la policía. Días después, el tribunal de penas de la Liga Argentina de Fútbol, le dio el partido ganado a Boca.
Pero bien es cierto que el fútbol no empezó con el profesionalismo, pues ya se jugaba oficialmente en canchas argentinas desde cuatro décadas antes de la era rentada. Como ya se dijo antes, el primer encuentro oficial entre River y Boca se disputó en 1913, quedando River como el primer vencedor de la historia del duelo (2-1). Dos años después de ese primer partido se enfrentaron ambos vecinos en la primera ronda eliminatoria de la Copa Competencia, torneo oficial que se jugaba paralelamente al campeonato y que se disputaba por el sistema de eliminación directa, de la misma manera que aún se siguen jugando la Copa del Rey, la Coppa Italia o la FA Cup, por ejemplo. River, que había ganado el trofeo el año anterior, comenzaba su defensa nada menos que frente a su rival de barrio. El sorteo favoreció a los xeneizes, que jugaban de local la eliminatoria a partido único, por lo que los riverplatenses tuvieron que desplazarse hasta el nuevo terreno boquense en Wilde. Comenzaron ganando los locales con un tanto de Enrique Colla a los 38 minutos, pero enseguida igualó Cándido García. El resultado no se modificó en la segunda parte, por lo que hubo que jugar media hora de alargue en donde tampoco varió el marcador. El reglamento de aquel entonces decía que si persistía la igualdad, debía jugarse hasta que algún equipo anotara un tanto, en un antecedente de lo que después se llamó “muerte súbita” o “gol de oro” siempre que el total de juego no superara las tres horas. Comenzó a jugarse, pero al poco tiempo, la falta de luz natural obligó a la conclusión forzosa del partido antes de los reglamentarios 180 minutos. Se programó el desempate para siete días después, partido que se jugó en el viejo campo de GEBA y en donde ganó River por 4-2, clasificando de esta manera a la ronda siguiente.
Hubo otro clásico terminado antes de tiempo. Fue el 23 de diciembre de 1928 en la cancha de Boca en un partido accidentado porque si bien a los tres minutos, Domingo Tarasconi puso en ventaja a Boca, el encuentro era bastante parejo. Pero a los veinte minutos la violencia de los locales se vio reflejada en sendas lesiones que obligaron a los riverplatenses Jerónimo Uriarte y Alejandro Giglio a retirarse del campo de juego (hay que recordar que no había cambios en esa época). El match se desvirtuó por completo y Boca anotó dos tantos más. Para colmo de males, en la segunda parte también se retiró por lesión Francisco Gondar. La disparidad de los equipos se vio reflejada con tres goles más de los locales. A pedido de los jugadores riverplatenses, a falta de tres minutos el árbitro Eduardo Forte suspendió el encuentro.
No entra dentro del rubro “suspendidos” el cotejo de la primera rueda del Campeonato 1959 que debía disputarse el 17 de mayo de ese año, que se aplazó por lluvia un rato antes del encuentro, disputándose 48 horas después.
Foto: archivo PN



