El arquero Millonario regresó al arco tras tres partidos afuera por lesión y fue clave para garantizar el triunfo de River ante Lanús.
Todos recuerdan la imágen de Marcelo Barovero sacando de manera errática desde el arco y diciendo “basta”. El aductor de su pierna dercha había realizado su máximo esfuerzo. El diagnóstico: desgarro. El llanto del guardameta cordobés dejó a las claras la bronca por tener que salir del arco más grande de todos.
Fueron tres los partidos que Barovero estuvo afuera del arco de Núñez. Daniel Vega fue su reemplazante y mantuvo la valla invicta tanto ante Atlético Rafaela, en Santa Fe, como ante Argentinos Juniors, en el Monumental. Frente a Independiente, los Millonarios igualaron 2 a 2 y, tras una floja respuesta del ex Nueva Chicago en el segundo tanto de los Avellaneda, muchos comenzaron a pedir por la vuelta del ex-Vélez.
Después de la salida de Matías Almeyda, Zapata decidió darle de nuevo el arco a Barovero. Seguridad en el juego aéreo, concentración y rápidez para ser un jugador de campo más dentro del equipo, ya sea con sus pies e inclusive con su cabeza, a la hora de comenzar a construir los ataques contra el arco rival, más una tapada magnífica a Diego Valeri en el complemento, sellaron un muy buen retorno de Trapito a la titularidad en River.



