Los socios vitalicios de River organizaron un homenaje por los noventa años de Amadeo Carrizo. La Página Millonaria fue parte del festejo junto a su familia y amigos.
Entre las vitrinas de copas del Monumental, en un espacio chiquito, pero lleno de historias, se encuentra la oficina de la Comisión de Vitalicios. La Página Millonaria se acercó a este lugar para sumarse a un festejo por los noventa años de Amadeo Carrizo y conocer de cerca las anécdotas que nos contó su nieto, Agustín, y uno de sus grandes amigos, Ricardo Giaccio.
Muchos de nosotros crecimos escuchando historias que nos contaban nuestros abuelos sobre el equipo de La Máquina, acerca de ese arquero que enamoraba a todas las mujeres y que revolucionó la forma de atajar. Pero a diferencia de lo que nos pasa a todos los hinchas de River, la historia de Agustín es diferente: él creció siendo el nieto de Amadeo. Se crió mirando sin entender mucho por qué a su abuelo lo saludaban en las calles de cualquier lugar: “En mi caso la enfermedad por River es un fanatismo que ya venía en la sangre. Todos los días le agradezco a Dios por ser su nieto, y por tenerlo tan bien”, se emociona. “Vengo todos los partidos al Monumental con mi abuelo, es bastante calentón, pero sobre todo es exigente con el nivel futbolístico. Toda la vida fue igual. Yo soy más de pensar en que hay que ganar”, se ríe.
El hilo conductor de los tres testimonios que elegimos para reflejar esta semana en la que el prócer de River llegó a sus noventa años fue una misma frase por parte de los tres: “Te hablo de Amadeo y se me pone la piel de gallina”. Ricardo Rodríguez, presidente de la Comisión de Vitalicios, nos contó de la importancia de esta iniciativa de inmortalizar al arquero en un cuadro: “Es un ser humano extraordinario, siempre estuvo presente y está presente con nosotros. Viene, charla, hablamos mucho de fútbol. El jugador que camina el club y charla con la gente es el que hace la diferencia, en él se suma su invaluable capacidad para atajar. Una vez nos dijo riéndose ‘cómo puede ser que no haya un solo cuadro mío acá´, y bueno, acá estamos cumpliendo”.
“Amadeo discute de fútbol y de la política en River, es un espectáculo. Es muy exigente con el nivel del equipo y los jugadores. Estar cerca suyo es un aprendizaje diario, las anécdotas que uno acumula son innumerables. Podemos estar en el pueblito más chico de Argentina, que siempre va a aparecer gente para sacarse una foto, y no solamente hinchas de River: a Amadeo lo quieren todos, por eso es diferente al resto“, describió Ricardo Giaccio, uno de sus mejores amigos.
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