River fue de menor a mayor en Medellín y sacó un empate valioso gracias a un golazo de Pisculichi, clave en la Sudamericana. El próximo miércoles, el Millonario deberá hacer valer la igualdad en el Monumental.
Si algo no se le puede reprochar a este River, es la actitud. El Millonario nuevamente no logró alcanzar el nivel de juego que lo convirtió en el mejor equipo de todos, pero sacó a relucir su carácter para levantar un partido durísimo.
Atlético Nacional lo maniató de principio a fin en el primer tiempo y, a excepción de una escalada de Leonel Vangioni, La Banda no llegó al arco local. Encima, sobre el final, llegó la apertura del marcador para los colombianos.
El descanso le vino bien a Marcelo Gallardo, porque sus dirigidos salieron transformados y acorralaron a Atlético Nacional en el borde de su propio área.
Carlos Sánchez, Leonardo Pisculichi y Teófilo Gutiérrez avisaron, hasta que el enganche frotó la lámpara: un zurdazo suyo hizo delirar a los 2.000 hinchas en el estadio y a millones en todo el mundo.
Sí, se pudo haber ganado, pero también perdido. Los colombianos mostraron que no son un rival sencillo y la vuelta no será un trámite. Pero en casa hay que liquidarlos. ¡Vamos campeón!
