Se cumplen dos décadas de un recordado triunfo de River en un superclásico que si bien no era por el Campeonato de Primera División, sí era importante por serdecisivo para obtener la clasificación para la Copa Libertadores del año próximo. Bajo un aguacero y en un partidazo, River derrotó a Boca en el tercer partido de esa definición por 2-1 con tantos de José Tiburcio Serrizuela y Ramón Centurión.
El Campeonato 1988/89 se jugó con el sistema de tres puntos por partido ganado (algo que solamente se usaba en Gran Bretaña en esa época) y, para el caso de empate, se impuso un inédito formato que otorgaba un punto más a quien ganaba una tanda de penales. Para ese torneo, River había revolucionado el ambiente con la contratación de César Luis Menotti como director técnico y nada menos que 16 refuerzos para el plantel. El comienzo del campeonato ya marcó el futuro del equipo, pues sus magros resultados condicionaron su andadura y enseguida quedó descolgado de la lucha por el título, que se disputaron Independiente y Boca Juniors, obteniéndolo el conjunto de Avellaneda. El desempeño de River en la segunda rueda fue mejor, aunque continuó con irregularidades, pero finalizó en cuarto lugar tras Deportivo Español. En esa época, clasificaban solamente dos equipos para la Libertadores, lugares reservados para el campeón del torneo y para el que obtuviera un mini torneo llamado “Clasificación”, aunque popularmente conocido como “Liguilla”, a imagen y semejanza de la que se jugaba en Uruguay por aquel entonces.
El sistema de la “Liguilla” era con ronda de ganadores y perdedores, lo que le otorgaba al que perdía una primera eliminatoria, la posibilidad de rehabilitarse después, algo que fue aprovechado por River, ya que en la primera instancia quedó eliminado por Argentinos Juniors, que venció 2-0 en cancha de Vélez, ganando River en el Monumental con un insuficiente 1-0 (gol de Centurión). El primer rival en la ronda de perdedores fue Chaco For Ever al que se goleó con un contundente 5-1 en Resistencia (tantos de Borrelli -2-, Batista, Bevilaqua y Beltramo) en el que fue el último partido de Menotti como DT. El 1-1 en el Monumental (Zamora), con Martín Pando de técnico interino, certificó el pase de ronda en donde esperaba nuevamente Argentinos Juniors. El desenlace de este duelo fue muy distinto al anterior, pues ya con Reinaldo Mostaza Merlo como técnico del equipo, se doblegó a los de La Paternal con dos grandes triunfos por 1-0 en Vélez (Centurión) y 4-0 en Núñez (Centurión -2-, Passarella y Zamora). El siguiente rival fue Deportivo Español, al que se eliminó con un doble 1-0 (Gordillo en casa, Zamora en el Amalfitani), por lo que se logró la clasificación para la final de la ronda de perdedores, en donde el rival era nada menos que Boca Juniors.
Los dos primeros partidos, disputados el 19 y el 24 de julio, primero de locales y después en la Bombonera, fueron realmente soporíferos, muy mal jugados, con escasas situaciones de gol y que concluyeron con sendos empates a cero, aunque River fue un poco mejor que su rival. Al no haberse sacado ventajas en los dos duelos, hubo que recurrir a un tercer encuentro a jugarse en Vélez. El 27 de julio de 1989, con un diluvio impresionante y ante una multitud, River superó a Boca netamente en el juego aunque tamaña diferencia no se vio reflejada en el marcador final. Contrastando con los dos juegos previos, el desempate fue un auténtico partidazo, especialmente marcado por la neta superioridad riverplatense. Apenas iniciado el partido, Serrizuela aprovechó un doble error de Navarro Montoya y Soñora y abrió el marcador. A los 13 de la segunda parte, una espectacular jugada de Palma terminó con un remate en el travesaño cuyo rebote fue conectado por Centurión para convertir el segundo tanto. Sobre el final, un remate de Marangoni que se desvió en Héctor Enrique puso incertidumbre en el resultado, pero River finalmente se quedó con el triunfo.
Vale aclarar que éste fue el último partido de Passarella como jugador, ya que los rumores de retiro que había en esos días, fueron confirmados poco después del clásico por el propio Daniel, que sufrió una injusta expulsión a los 35 minutos perpetrada por el árbitro Juan Bava, que meses antes le había anulado un gol en la Bombonera de manera insólita. De todos modos, el enojo de Passarella con el árbitro fue trastocado al final por el gran festejo del gran capitán, que jugó su último partido con la banda roja derrotando al eterno rival. Vale recordar que en esa ocasión, el elenco millonario alistó al siguiente equipo: Comizzo; Basualdo, Higuaín, Passarella y Gordillo; Corti, Batista y Serrizuela; Borrellli (67’ Héctor Enrique), Centurión y Palma.
Tras el muy festejado triunfo en el clásico, River clasificó para la final contra el vencedor de la ronda de ganadores, San Lorenzo. Dicha definición, disputada en dos partidos jugados el 27 de septiembre y el 31 de octubre, fue ganada por River que venció en cancha de Huracán con gol de Batistuta y empató sin goles en el Monumental, logrando de esta manera su clasificación para la Copa Libertadores 1990.
En la imagen del festejo final que ilustra este artículo, se puede observar a Fabián Basualdo, al Checho Batista a Passarella y a Comizzo, cantando y gritando por el gran triunfo logrado en el clásico.
Foto: Sólo Fútbol



