El partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores fue un golpazo para River y dejó tambaleando la posibilidad de llegar a la final que se jugará en el Estadio Monumental. Más allá del 3-0 de Atlético Mineiro y el bajo desempeño futbolístico, los hinchas que viajaron a Brasil alentaron hasta el último minuto y tuvieron su fiesta en el Arena MRV.

Las horas previas al inicio del encuentro fueron con gran incertidumbre, ya que se viralizó un video de dos hinchas siendo brutalmente golpeados y robados en las calles de Belo Horizonte. Luego, aparecieron carteles amenazantes en el ingreso al estadio para generar un peligro que afortunadamente nunca llegó para quienes asistieron.

Para no tener ningún tipo de inconveniente, los hinchas fueron convocados desde las 10 de la mañana a reunirse en la calle Rua Margarida de Assis Fosneca al 180, en Barrio California, a pocos metros del estadio. Se trató de un espacio cerrado con vallas, a una distancia de donde se estacionaron los micros, que al mismo tiempo era la calle del acceso a las tribunas visitantes. Allí, había puestos de comida, bebida y hasta baños químicos.

La organización de los hinchas en Brasil fue un éxito

Con los hinchas ubicados en este espacio, se logró el objetivo de que los hinchas de River estuviesen alejados de los torcedores de Atlético Mineiro y no se crucen para no generar algún disturbio. Cerca de las 18:30 abrieron las puertas y, si bien hubo algunos tumultos al inicio, el ingreso al estadio fue rápido y normal. Para controlar el acceso sin incidentes acompaño Santiago Poblet, presidente de Relaciones Públicas del club.

La hinchada de River en Brasil, alentando desde el primer minuto hasta el último. (Prensa River)

La hinchada de River en Brasil, alentando desde el primer minuto hasta el último. (Prensa River)

Otro aspecto a destacar fue la buena predisposición de la seguridad para que no haya problemas mayores y todo se desarrolló con total normalidad para que los hinchas disfruten de la previa con las necesidades básicas cubiertas. Además, una agrupación llevó los típicos inflables rojos y blancos para el recibimiento y pudieron pasar al no tratarse de un objeto contundente. De la misma manera, entraron las banderas con localidades de todo el país.

Una vez dentro, los 4 mil hinchas presentes que colmaron la tribuna visitante no dejaron de alentar desde el calentamiento y por momentos en la transmisión oficial se escuchaba más la gente del Millonario que del público local. Después de los goles del Mineiro, se hacían oír mucho más y empujaron al equipo en los momentos clave. Por último, en la salida hubo una pequeña situación con la policía que apuraba a los micros, pero se retiraron de manera normal. Por lo tanto, la organización desde River y la previsión fue todo un éxito, pese al resultado adverso.