Amadeo Carrizo está en el recuerdo y los corazones de todos los riverplatenses, y luego de que River lo homenajeara poniéndole su nombre a uno de los arcos del estadio Monumental, ahora la leyenda del fútbol argentino fue sepultado en su Rufino natal, tal como deseaba.
Fallecido en marzo de 2020 a sus 93 años, los restos de uno de los mejores arqueros de la historia del club permanecían en Buenos Aires. Pero este martes se le cumplió el deseo de su vida de volver a su ciudad, y fue sepultado en un mausoleo construido por River.
La ceremonia del último adiós fue muy emotiva y tuvo mucha concurrencia, no solo de su familia, amigos y de personas vinculadas al mundo River, sino también de residentes locales, escuelas e instituciones deportivas de la ciudad. Incluso, se realizó una misa.
A su vez, Amadeo también fue condecorado por su ciudad natal: el arco de ingreso a Rufino fue bautizado con su nombre, al igual que el arco de la tribuna Centenario Alta. Y se inauguró una placa en su memoria.
Amadeo Carrizo descansa junto a su familia en Rufino
El Tarzán del arco fue sepultado para que descanse en el mausoleo junto a su esposa, Lilia Magnético. También se trasladaron los féretros del padre y de la hermana de Carrizo al panteón ubicado al lado de la tumba de otro prócer del Millonario oriundo de Rufino: Bernabé Ferreyra.
Por otro lado, al cajón con sus restos se le colocó una bandera de River y una foto de Oscar Pinino Más, gran amigo de Amadeo que lo acompañó y compartió su amor por el club hasta los últimos días de su vida.