River se convirtió en el primer semifinalista de la Copa Libertadores de América después de dejar en el camino a Colo Colo. El Millonario se impuso por 1-0 en el Estadio Monumental, que lució a tope con más de 87 mil personas, y se metió entre los cuatro mejores del torneo. Más allá de la felicidad futbolística, en los hinchas aún perdura cierta sensación de bronca y enojo vinculado a los recibimientos.

Se habló mucho sobre cómo debía hacerle sentir River la localía a Colo Colo antes del partido. Sabemos que las canchas empujan y ganan encuentros y el Monumental no es ajeno a eso, por eso la gente le da casi siempre una trascendencia muy marcada a los recibimientos, sobre todo en Copa Libertadores donde equipos de distintos países (y muchos con una rivalidad fuerte) visitan el Monumental.

La doble vara de la Conmebol

En la antesala de la revancha con Colo Colo, River se vio imposibilitado de desplegar algunos telones que tenía preparados para el recibimiento, entre ellos uno alusivo a las Islas Malvinas ubicado en la Sívori Alta y otro que pondera a los ídolos del Millonario, en la San Martín Alta. ¿Los motivos que exgrimió la Conmebol? Totalmente irrisorios. “Una manifestación de violencia política” y “el tamaño de la bandera”, respectivamente.

Sumado a eso, la Subcomisión del Hincha, encargada de los recibimientos de River, había dejado todo listo durante el día domingo en materia de tirantes y el lunes se encontraron con la noticia de que la Conmebol exigía modificar las medidas de las tiras rojas y blancas que iban a estar dispuestas sobre las tribunas. Hubo que volver a trabajar y a retocar todo a las apuradas antes del partido.

El trapo que Conmebol le prohibió a River por “ser una manifestación de violencia política”.

El trapo que Conmebol le prohibió a River por “ser una manifestación de violencia política”.

Decisiones que generaron mucho malestar y descontento. El máximo problema radica en la diferencia de criterio que viene mostrando el máximo ente a nivel sudamericano con otros clubes a la hora de los recibimientos. Sin irnos más lejos, en la ida en Chile, Colo Colo desplegó una bandera que decía “Este Monumental no sabe de descenso” y la misma permaneció durante los 90 minutos.

¿No es incitación a la violencia? Parece que no. El tema terminó de explotar cuando anoche se viralizaron videos de los recibimientos de San Pablo (en la serie ante Botafogo) y Atlético Mineiro (en la revancha frente a Fluminense) con todo un colorido y cotillón que a River le negaron llamativamente.

¿Y las bengalas?

Tanto San Pablo como Atlético Mineiro utilizaron varias bengalas para recibir a sus respectivos equipos, hecho que está prohibido por la Conmebol en su reglamento y que contempla sanciones económicas. La Subco hizo el intento para que pudieran ser contempladas como parte de la fiesta en el último partido pero no hubo manera.

El recibimiento de Atlético Mineiro anoche ante Fluminense.

En Brasil, los clubes no tienen problemas en pagar la multa que conlleva ingresar bengalas al estadio y sus hinchas no corren riesgos de ser sancionados. En Buenos Aires, todo lo contrario. La Policía de la Ciudad, junto con los organismos de seguridad, detectan a los hinchas que infringen las normas y la penalidad llega hasta el derecho de admisión, es decir la prohibición de entrar a la cancha de forma permanente. Por eso es un riesgo demasiado alto ir con una bengala a la cancha, por más de que aporte al colorido y a la fiesta.

Recibimiento de San Pablo antes de jugar con Botafogo.

Más allá de bengala o no bengala, lo que más le molesta al hincha de River es la laxitud que muestra Conmebol en otros estadios y lo permisiva que es con otros clubes. Aún así, en Nuñez se las vienen ingeniando para que todos los rivales sientan la efusividad del Estadio Monumental, pero no es justo en absoluto que los demás equipos tengan rienda suelta para hacer lo que quieran en un recibimiento (desde un trapo, un escudo o una bandera horizontal) y el Millonario solo vea limitaciones por todos lados y no pueda desplegar ni siquiera un trapo en homenaje a los combatientes de las Islas Malvinas.