Facundo Colidio llegó a River a mediados de 2023, por expreso pedido de Martín Demichelis, luego de romperla en Tigre y rechazando a Boca para vestir el Manto Sagrado. A casi dos años de su arribo, el delantero sigue navegando en un mar de irregularidades en cuanto a sus niveles.
El ex Inter no le escapa a la tónica de un River que luego de la sólida consagración en la Liga Profesional 2023 tuvo más malas y altibajos que buenas. En resultados pero sobre todo en rendimientos. En ese escenario, casi que ningún futbolista pudo sostener durante varios meses una performance de regular para arriba. Ni que hablar de titulares indiscutidos. Muchos incluso fueron o son resistidos por los hinchas. Algunos, tanto que hasta debieron irse.

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El propio Colidio, con contrato hasta fines de 2025, fue receptor de cálidos aplausos y crudas silbatinas. Más titular que suplente durante toda su estadía, a veces parece imponerse más por falta de mérito de quienes están afuera que por consolidarse él dentro del 11 a fuerza de goles, asistencias y buenas participaciones (suma 21 gritos en 80 partidos jugados, con 4.616 minutos totalizados). ¿Por qué no termina de rendir?

Colidio lleva tres goles en 2025 y 21 desde su llegada a River.
Colidio: ¿Polifuncional o no le encuentran la posición?
A favor del futbolista de 25 años, una constante que se repitió tanto con Demichelis como con Gallardo es la posición en la cancha. Lo mejor de Colidio en Tigre, pero también en River, se vio jugando suelto detrás de un punta, con la versatilidad para poder volcarse a la izquierda por perfil, pero la libertad para moverse por todo el frente de ataque buscando los espacios.
Sin embargo, los dos técnicos que lo dirigieron en el Millonario no siempre le dieron esa función. Colidio ha jugado de centrodelantero, con Solari de asistidor, donde mostró que cerca del área tiene gol pero que no se siente cómodo sin salir a asociarse. Y con Driussi de compañero, en una dupla que combina movimientos interesantes pero que no termina de pesar ofensivamente, siendo dos jugadores que sienten más el llegar de atrás al área que la disputa limpia con los centrales.
También de extremo, posición que claramente lo incomoda. Pegado a la raya, el rafaelino no solo se pierde sino que tampoco es gravitante con la pelota en los pies. Fácil de anticipar tanto en los movimientos sin pelota como cuando encara, y pierde esos momentos donde saca diferencia con un toque distintivo, una gambeta corta o algún pase entre líneas. No desborda, y si engancha en general toca atrás.
Colidio: calidad no siempre al servicio de lo que se necesita
No obstante lo mencionado, hay dos realidades. La primera es que no se puede victimizar al futbolista porque no juega donde le gustaría (tampoco es que Colidio se haya quejado de sus posiciones o expresado públicamente sus preferencias). La segunda es que aún jugando detrás de un delantero, con mayor libertad, y en diferentes escenarios (más o menos espacio y con distintos compañeros de ataque), el principal problema de Colidio no es no rendir, sino no hacerlo con regularidad.
Colidio muestra destellos de calidad quizás como nadie en el plantel de River. Pero no siempre hace lo que pide la jugada. Incluso, da la sensación que a veces abusa de ese recurso. Que siempre quiere hacer todo vistoso. Cuando patea al arco y cuando pasa la pelota. A ese defecto le suma una cuestión física: lo mueven con mucha facilidad y tampoco es un jugador veloz como para ganar en velocidad. Busca siempre el pase corto y las paredes, y si no encuentra esas opciones no tiene esa marcha más o ese cambio de ritmo para inventar algo distinto.

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En síntesis, la clave del análisis de los rendimientos de Colidio en River, para lo bueno y lo malo, se resume a dos ítems: sus características y sus decisiones. Es un futbolista que, por técnica, si explota su mejor versión y lo sostiene en el tiempo, puede ser de Selección tranquilamente. Pero que, como le sucede desde que llegó en 2023, alterna partidos buenos con otros muy malos. Le falta ser trascendente en algún partido importante. Y siempre parece que puede dar un poco más. Quizás por eso la insistencia de los entrenadores con su presencia, y de los hinchas para exigirle.