El año de River está lejos de ser el que esperaban los hinchas y el próximo viernes, desde las 22:10 horas, se disputará la semifinal de la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia. Se trata de la posibilidad de seguir de pie en uno de los objetivos que marcó Marcelo Gallardo, pero también con el riesgo de quedar eliminados y marcar un nuevo traspié que se suma a los que se van encadenando en los últimos meses.
Haber quedado afuera de la Copa Libertadores a manos de Palmeiras colmó la paciencia de la gente, quienes cantaron contra los jugadores en la derrota con Sarmiento como local. Sin embargo, se suma a las caídas anteriores, comenzando con la Supercopa Internacional con Talleres. Luego fue el Torneo Apertura, donde no se llegó hasta la instancia final, y un Mundial de Clubes que decepcionó por no pasar de la fase de grupos.
Sin el máximo certamen continental, lo que le queda al Millonario para intentar salvar el 2025 es campeonar en los dos frentes que tiene actualmente, la Copa Argentina y el Torneo Clausura. Existe una obligación de llegar, mínimamente, a los partidos definitivos en ambas competencias, aunque la camiseta exige que se obtenga el título para cerrar el año de una mejor manera, sabiendo también que pudo haber sido más satisfactorio.
River y la necesidad de ganar la Copa Argentina en 2025
No solamente se buscará la consagración para engrosar las vidrieras del Monumental, sino también porque es una vía directa para clasificar a la Libertadores 2026. Actualmente, lugar en la Copa no está asegurado y, en caso de que no se gane la Copa Argentina, le quedará ganar si o si el Clausura o finalizar dentro de los tres primeros de la tabla anual. Sin embargo, la intención es no llegar a ese punto para no hacer peligrar su pasaje al torneo internacional.

River se jugará gran parte del año este viernes contra Independiente Rivadavia.
Gallardo también se juega mucho con Independiente Rivadavia
El Muñeco es el máximo responsable del presente futbolístico de River y sus decisiones también están en la mira del hincha, más allá de la idolatría y el cariño que no cambiará nunca. Hasta el momento no se logró ver una evolución de los jugadores que eligió para reforzar al equipo y la idea solamente se pudo plasmar en un puñado de partidos que no tuvieron peso en el año, por fuera del Superclásico de abril. Por lo tanto, debe volver aquel DT que supo sacarle jugo a cada uno de ellos para demostrar que están a la altura de la camiseta que llevan.

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Actualmente, no hay dudas acerca de la continuidad de su en la institución y ninguno de los candidatos a presidentes que se postulan en las Elecciones del 1 de noviembre piensan en reemplazarlo. Como es usual, tanto en su primer ciclo como en el segundo, realizará un balance para detectar dónde estuvieron los aciertos, pero mayormente los errores que lo llevaron al presente. En este sentido, la decisión de si sigue o no al cargo depende pura y exclusivamente de Gallardo.





