(Mar del Plata – Enviado especial) Unas 20.000 almas recibieron de la mejor manera al campeón de la Copa Argentina en el Superclásico. Gran colorido.
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Minutos después de las 22 horas, cuando El Más Grande salió al campo de juego, hubo una bienvenida colosal, emotiva. Mientras el tradicional “River, mi buen amigo” se hacía sentir, las bengalas le dieron un marco extraodinario a una cabecera totalmente colmado.
Fue tanta la cantidad de bengalas sincronizadas que se formó una cortina gigante de humo al mismo tiempo que los fuegos artificiales de la organización aportaba un clima especial a la noche del Superclásico en el estadio José María Minella, lleno para la ocasión.
Más allá de las bengalas, también existió un gran colorido mediante las banderas habituales y muchas flameando en la parte inferior de la popular. ¿El acceso de los hinchas? Al principio, en paz; sobre la hora, lamentablemente, se produjeron algunas corridas y tumultos.