(Incluye estadísticas) El volante uruguayo marcó el gol del 1-1 definitivo, pero fue decisivo para inclinar la cancha en favor de River, al igual que en Córdoba.

Potencia. Dinámica. Concepto. Determinación. Cada palabra sirve para describir cuáles son las cualidades de Carlos Sánchez, una pieza fundamental. Otra vez. Como frente a Belgrano. Como ante San Lorenzo. En síntesis, como desde la asunción de Marcelo Gallardo.

El mediocampista charrúa fue protagonista contra Tigres. Víctima de varias infracciones, estuvo cerca de la apertura del marcador. Le faltó puntería en el área. También desde afuera. Pifió en su tercera posibilidad. Pero la cuarta fue la vencida. La más difícil. Resolvió con una tijera maravillosa. Golazo clave. Porque si bien fue para el 1-1, el punto sirve.

Gracias a su capacidad para llevar el equipo hacia adelante, con base a esfuerzo, despliegue y constancia, Sánchez fue la figura indiscutida de River frente al conjunto mexicano. No sólo por su grito, sino también porque jugó e hizo jugar. Buscó por la derecha. Sorprendió por el medio. Y otra vez justificó porque el Muñeco siempre lo quiere entre los once.

+ El partido de Sánchez, bajo la lupa de DataFactory