(Rafaela – Enviado especial) Gracias a un 5-1 sobre Atlético de Rafaela, con una actuación inolvidable de Cavenaghi, autor de cuatro tantos y responsable de asistir en el último, El Más Grande quedó a tres puntos de la cima de la tabla de posiciones.

No perdonó. Fue impacable. Contundente. Capaz de desarticular cualquier tipo de esperanza rival en pocos minutos. River ganó, gustó y goleó. Pero sobre todo exhibió una eficacia importante, especialmente a través de un Fernando Cavenaghi de nivel excluyente. Con su olfato goleador en plenitud, lastimó muchísimo a una defensa local demasiado endeble, al punto de que hasta se dio el gusto de poner un pase propio de enganche para que Guido Rodríguez gritara por primera vez en su carrera como profesional.

Nueve remates de diversa índole le bastaron al Millonario para hacer cinco goles. Una contundencia temible, ideal para que Marcelo Gallardo tenga menos preocupaciones en materia de definición. El principal responsable fue el Torito, quien aprovechó cada chance. Primero le puso el moño a una gran jugada colectiva que él mismo inició al descargar con Camilo Mayada, que abrió para Augusto Solari para que su centro lo bajara Tomás Martínez y el 9 definiera. Apenas dos minutos después, volvió a utilizar su virtud de ubicación para cabecear, tras un exquisito zurdazo de Leandro Vega que dio en el poste izquierdo.

Hasta ese momento, los dos tantos de distancia resultaban exagerados. Atlético de Rafaela exigió al principio. Julio Chiarini estuvo inseguro para capturar el balón. Los centros cruzados causaron zozobra. Sin embargo, la categoría de Cavenaghi hizo la diferencia. De hecho, luego de ambas conquistas, River perdió peso ofensivo. Su único tiro fue de Vega, muy desviado. La pelota parada en contra también generaba problemas. De hecho, Alexander Barboza Ullúa, a préstamo desde la Reserva del Más Grande, descontó por esa vía, imponiendo su estatura.

En la segunda parte, el Torito nuevamente demostró toda su voracidad goleadora. Apenas falló una vez y porque lo taparon cuando iba a poner la pelota por encima de Carlos De Giorgis. Antes, después de un centro de Mayada, había anotado el tercero. Intratable, incluso más que el 5 de noviembre de 2011, cuando también señaló un póker frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, aprovechó un pase del ecuatoriano Abel Casquete para marcar el 4-1. Como si fuera poco, asistió al ingresado Guido Rodríguez, cuya resolución fue perfecta ante la salida del arquero local.

Párrafo aparte para otros desempeños. Vega, como un lateral zurdo confiable, aportó proyección. Lo propio para un debutante absoluto como Pablo Carreras, que reunió méritos para ser parte del plantel profesional. Aprobado también el mencionado Casquete, cuya labor fue interesante como mediocampista en la banda izquierda. Emanuel Mammana transmitió mucha seguridad para rechazar el peligro y Mayada tuvo quizás su mejor partido oficial de River. En síntesis, hubo varios rendimientos que sirvieron de soporte para que el Millonario goleara de la mano de un Cavenaghi infalible.

+ Los goles

+ Jugador x jugador

+ La palabra de Gallardo

+ Cavenaghi: “No soy Messi”

+ Las fotos de la goleada: