El Millonario tuvo un primer tiempo perfecto e incluso estaba para lograr una goleada. Pero los dos goles de ventaja no fueron suficiente para un Unión que reunió coraje, aprovechó la ineficacia local en los últimos metros y cuando el cielo ya estaba oscuro alcanzó el 2-2 definitivo.
Si alguien miró la etapa inicial por televisión y se durmió haciendo zapping en el entretiempo o simplemente eligió otro programa para los 45 minutos restantes, difícilmente creerá que el resultado final está lejos de ser una broma. Es que River había realizado una tarea brillante hasta generar la sensación de que estiraría la diferencia una vez terminado el período de descanso. Sin embargo, tras ser un equipo de día pasó a ser otro por la noche, totalmente distinto, especialmente en materia de definición.
El primer tiempo fue un monólogo del Más Grande. No se trata de una exageración ni nada por el estilo. Realmente hubo una distancia abismal, en términos futbolísticos, entre un conjunto y otro. Con dinámica, movilidad permanente, agresividad y buenos rendimientos colectivos e individuales, River tradujo en el marcador su superioridad. Fernando Cavenaghi, muy enchufado, abrió la cuenta, mientras que Sebastián Driussi, cuyo nivel fue muy bueno en el primer tiempo y pobre en el complemento, amplió la ventaja.
El resultado quedó corto. Matías Castro se encargó de impedir que el Millonario liquidara por completo el encuentro. Tuvo cuatro intervenciones en la etapa inicial. Y, como si fuera poco, contó con otras tres atajadas en el otro arco. River fue implacable de día e ineficaz durante la noche. Ahí estuvo la clave principal para explicar el 2-2, más allá de una floja actuación de Julio Chiarini. Lucas Gamba acortó el margen e Ignacio Malcorra -hizo Divisiones Inferiores con la banda roja- sorprendió al arquero, sin querer, de tiro libre.
A esa altura, Marcelo Gallardo ya había hecho dos cambios. Tomás Martínez hizo prácticamente todo mal. En cambio, Rodrigo Mora inquietó, aunque se molestó mutuamente con el Torito en la última oportunidad para ganar sobre la hora. La desesperación fue evidente en el tramo final. Camilo Mayada fue el de mayor claridad para atacar. Cavenaghi no estuvo tan fino en el área como sí en la elaboración. Debería haber sido una goleada, concluyó en empate. River tiene ocho puntos y está a cuatro de Rosario Central. El campeonato es largo. Permite acomodarse. Por eso ojalá que estas unidades no sean motivo de lamento en el futuro.
+ El jugador x jugador vs Unión.
+ Lo que dejó el empate de River – Unión.