El presidente de River reconoció que se abrió para dejarse ayudar y sacar al club de la situación en la que se encuentra. Además, se refirió al entredicho con Julio Grondona y se mostró confiado en Matías Almeyda y en los jugadores.

Lo más jugoso de la conferencia de prensa de Daniel Passarella estuvo, justamente, cerca del final. Fue ahí cuando el presidente reconoció que tuvo que cambiar su forma de actuar y de manejarse, porque entendió que River está por encima de todo y de todos.

“Estoy en un momento de apertura y convocando a todos los dirigentes de la minoría opositora y también a otros ex presidentes del club. Como jugador, por ahí podía ganar solo un partido, pero aquí me di cuenta de que es muy difícil ganar solo esta patriada”, aceptó.

Además, se defendió de las acusaciones polémicas que lo involucraron en las últimas semanas: “Me digno de tener el alma muy tranquila por no haber cometido ningún acto que justifique esas sospechas”. Y reiteró que no se arrepiente del desplante que le hizo al presidente de la AFA: “A Grondona le dije lo que sentía y en el ámbito que debía”.

Passarella contó que ahora el club pudo hacer varias incorporaciones porque cambió la situación económica: “Estuvimos muy cerca del concurso preventivo y de la convocatoria. Antes, no teníamos plata. Trajimos refuerzos importantes y consolidamos un plantel muy competitivo”.

El máximo dirigente de River reconoció que les hubiese gustado retener a Erik Lamela, pero que las necesidades económicas hicieron que aceptara la propuesta millonaria de la Roma. Por último, se refirió a la posible sanción del Monumental: “Somos optimistas para todo, pero no sabemos lo de la sanción. Ojalá podamos jugar en nuestra cancha”.