Tras dejar 16 años de carrera como profesional, Demichelis reconoció que tiene interés en ser director técnico e incluso comenzó un curso al respecto. Además, reveló detalles muy interesantes de la final entre Argentina y Alemania, por la Copa del Mundo 2014.

Los días posteriores al retiro son difíciles para cualquier jugador profesional. Los millones de dólares no siempre son suficiente satisfacción. Tenerlo todo a veces es como no tener nada, debido a que cualquier necesidad que depende de la parte económica está al alcance de la mano. Ahí es cuando un hobbie o una pasión, no necesariamente vinculada al fútbol, surgen como actividades indispensables. Es el caso de Martín Demichelis, cuyo nuevo objetivo será transformarse en director técnico.

El hombre surgido de las Divisiones Inferiores de River le explicó en detalle su idea a La Página Millonaria e incluso no descartó la posibilidad de ser el ayudante de campo de Michel, actual DT del Málaga. De hecho, la parte táctica evidentemente le genera bastante interés a Micho, quien mencionó ese aspecto futbolístico como una de las razones que lo llevaron a ponerle punto final a 16 años de carrera.

-¿Por qué decidiste retirarte?

-La verdad que muchos me preguntaron si estaba seguro, si era consciente de la decisión y, justamente, el por qué. La realidad es que no tengo problemas de rodillas, de tobillos ni musculares. Estoy sano. Pero como lo dije en la conferencia de prensa que el Málaga me brindó la posibilidad de hacer, siento que ya no puedo hacerlo como quisiera. Uno, cuanto más crece, tiene más sentido de la táctica y de la estrategia, y se vuelve más intolerante a sus errores. Entonces, todo ese conjunto de cosas me fueron indicando que era mejor poner el punto final. No sé si es el momento, pero sí considero que lo elegí yo.

-Cuando debutaste en River en el 2001, ¿pensaste que ibas a jugar hasta los 36 años en la alta competencia mundial?

-No, la verdad que no. Me parecí algo totalmente inalcanzable. Incluso, me pasó en el Mundial 2010. Yo tenía 29 años y la Bruja (Verón), 33. Lo veía entrenarse y pensaba “cómo hace este tipo”. Me pasó lo mismo con el Pupi Zanetti, con muchos ejemplos. Cuando fui al Málaga por primera vez, en el 2011, yo iba a cumplir 31 años, estaba a préstamo y con opción de compra obligatoria de compra si nos salvábamos del descenso. Nos salvamos, me compraron, me ofrecieron un contrato de cuatro años y yo dije que no, que era imposible. Entonces, prefería que fueran dos. No pensaba llegar hasta a esta edad en la alta competencia, pero lo fui viviendo siempre con objetivos a cortos plazo.

-Generalmente se dice que para el jugador el día después del retiro es complicado, ¿cómo va a ser tu vida de ahora en adelante?

-La verdad que tengo relación con muchos de los que justamente dejaron y son de mi edad. Te lo hacen saber y yo siempre me preocupé un poco por lo que es el post carrera. En principio, no le temo a lo que se pueda llegar a venir, porque nosotros los jugadores, y más en clubes importantes como River, Bayern Münich, Málaga o Manchester City, creo que vivimos un mundo irreal a lo que vive la sociedad. Por ejemplo, siempre me gustó estar de vacaciones en Justiniano Posse, donde están toda mi familia y mis amigos. Es volver a la realidad, seguir manteniendo los pies sobre la tierra y es un baño de humildad. Entonces, esa vida que se viene después del fútbol no me da miedo. Sí, obviamente, voy a extrañar vestirme de jugador de fútbol, que es una de las cosas más maravillosas que me pasó en mi vida. También tengo bien en claro que me gustaría ser entrenador en el futuro, así que justamente mis próximos meses van a ser dedicados a la formación.

-¿Existe la posibilidad de que seas ayudante de campo en el Málaga?

-Sí, se está hablando de dos o tres cositas que puedo llegar a realizar recién una vez terminado el campeonato. Yo seguiré unos días más acá porque mis niños van a terminar el colegio en junio, entonces recién ahí intensificaremos las conversaciones de lo que pueda llegar a realizar. Pero te repito que la idea principal y a la que voy encarrilarme es la de formarme como entrenador.

-¿Ya iniciaste algún curso?

-Vía Internet hago cursos de ATFA, que es de la Asociación del Fútbol Argentino, pero también me gustaría ir a hacer el que me permite la Liga Española por haber sido jugador internacional. Incluso, en este momento, por ejemplo, Javier Saviola lo está haciendo y algunos chicos argentinos más como Fernando Redondo, Lionel Scaloni y Leo Franco. Justamente, me gustaría también a mí hacer el mismo.

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-¿Qué recuerdo tenés de Brasil 2014 y de la final?

-Fue increíble cómo se dan las cosas. No se pudo dar lo de River, quedé muy triste y me termino yendo en última instancia a Atlético de Madrid. Me fui prácticamente llorando al aeropuerto, pero a la vez contento porque me había llamado un gran entrenador para ser parte de un gran equipo como Atlético de Madrid. A los 45 días de haber iniciado la pretemporada, aparece Manchester City, que necesitaba incorporar un marcador central y había intentado comprar a Pepe, puso la plata que Atlético de Madrid pedía por mí y se el tema se acabó. Yo consideraba que, al no haber ido a River, iba a jugar más en el Manchester City que Atlético de Madrid y me la iba a jugar para, si tenía un buen año deportivo, agotar mis últimas chances para ir a la Selección. Así fue, ganamos la liga y la copa, entré a último momento en la Selección, me gané un lugar a partir de cuartos de final, jugué semis y la final. Fue un Mundial inolvidable por todo lo que se vivió, la conexión entre el equipo y la gente. Fue algo maravilloso. Nos faltaron minutos para llegar a la alegría máxima. Lamentablemente, fue un dolor inmenso. Yo nunca volví a ver esos minutos del partido de la final del mundo. Seguramente algún día, cuando sea más grande, me sentaré a ver con mi hijo. Hoy, aunque hayan pasado casi tres años, el dolor sigue latente, es muy fuerte.

-¿Qué creés que le faltó a la Selección en ese partido?

-Meterla. No estoy culpabilizando a nadie, que no se interprete mal. Evidentemente, en algún lado el destino había escrito que Argentina no tenía que ser campeón del mundo. Porque si a esa Alemania, que le había metido siete al anfitrión, nosotros le habíamos generado tres situaciones de gol muy claras. No es que le quedaron las tres veces a Martín Demichelis, que se las hubiese errado, hubiera sido lo normal. No, le quedaron al Pipa (Higuaín), a Leo (Messi) y a Rodrigo (Palacio). O sea, a tres jugadores que están acostumbrados a convivir con el gol y que normalmente no erran. Entonces, evidentemente, si de esas tres chances no metés una, no teníamos que salir campeones. Después no nos faltó nada porque, como lo dijo Masche, nos vaciamos, dejamos todo y nos faltaron muy pocos minutos.

-Teniendo en cuenta que Argentina había hecho un desgaste muy grande contra Holanda, ¿Argentina estaba preparada para 90 minutos y no para otro alargue?

-Nos sentíamos tan fuertes mentalmente hablando que en ningún momento nos mirábamos dentro del campo y sentíamos que no podíamos más. Nos hacíamos más fuertes, teníamos lenguaje corporal con la mirada, con los alientos, con las arengas. Que Argentina pudiera ganar en el Maracaná hubiera sido de lo más grande en la historia del fútbol y levantar la copa frente al Cristo Redentor hubiera sido lo más majestuoso de la historia del fútbol argentino.

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