El Muñeco deberá apelar a toda su capacidad como cabeza de grupo para que el plantel se mantenga unido, luego de las versiones difundidas por algunos medios sobre supuestas discusiones post Superclásico.

“La unión del grupo”. Esa frase tantas veces mencionadas por este plantel, este cuerpo técnico e incluso por los jugadores que se fueron y el cuerpo técnico anterior fue calificada como la clave del éxito de River en 2014.

Esa misma unión será la que deberá mantener Marcelo Gallardo luego del mayor golpe en su ciclo como técnico del Millonario, que sintió y mucho la durísima derrota en el Superclásico en Mendoza.

Luego del partido contra Boca, algunos medios difundieron una supuesta discusión fuerte entre algunos integrantes del equipo (algo jamás confirmado por el plantel, motivo por el que no se puede dar como certeza).

Es lógico que luego de un 0-5 haya recriminaciones en el vestuario, y más al ver cómo se dio el partido, con goles insólitos y expulsiones aún más llamativas de futbolistas que demostraron hace apenas unos meses todo su carácter para revertir situaciones similares.

Esto no significa que haya divisiones dentro del plantel ni nada parecido, pero sí es una alarma ante posibles escenarios adversos, algo que River tuvo muchas veces en 2014 y que casi siempre logró remontar, sostenido en el gran nivel futbolístico y, nuevamente, la unión grupal mencionada por los protagonistas.

El Muñeco tendrá que apelar a la capacidad que tiene para conducir al grupo y sostener la armonía que reinó en uno de los años más exitosos de la historia para superar esta pequeña tormenta y no dejar que un resultado de verano afecte al objetivo principal.