(Incluye videos) Más de 60.000 hinchas alentaron al Millonario en el Monumental, donde hubo una gran bienvenida al equipo ganador de la Copa Sudamericana y respaldo incesante durante toda la noche, más allá de lo ocurrido el fin de semana pasado.
La memoria de la gente exhibió un estado óptimo. Lejos de expresar cualquier tipo de reproche luego de la goleada sufrida en el Superclásico, el apoyo fue absoluto. Minutos antes de que comenzara el partido frente a San Lorenzo, los aplausos se repitieron de manera incesante, excepto con los nuevos como Camilo Mayada y Gonzalo Martínez, durante el anuncio de los titulares y suplentes a cargo de Enso Herrera Massa, la voz del estadio. Incluso, la memoria fue más allá, porque también las palmas colisionaron entre sí para darle un reconocimiento a Mario Yepes en su regreso al Monumental, aunque con los colores del adversario.
Fiel a lo que demanda cada salida del equipo -en este caso junto al Ciclón, por razones protocolares para las ocasión-, a las 20.58 sonó con mucha intensidad el tradicional “River, mi buen amigo, esta campaña volveremo’ a estar contigo”, acompañado por un decorado a la altura de las circunstancias. Además de la pirotecnia surgida desde las entrañas el club, la cabecera Sívori Alta lució bengalas muy luminosas. Un auténtico espectáculo para recibir al Más Grande en otra final de carácter internacional.
Inmediatamente, surgió el recuerdo de un 2014 inolvidable: “Dale, campeón, dale, campeón”. Una vez empezado el encuentro, hubo un hit que predominó el principio: “Vaaamooos, vaaamooos, Millonario, que esta noche tenemos que ganar”. Fue una muestra del aliento inagotable que hubo en el templo de Núñez. Allí, a excepción de los instantes dedicados a la madre del árbitro Germán Delfino, hubo un repertorio amplio para acompañar al conjunto que dirige Marcelo Gallardo. Además, como para que los de azul y amarillo tuvieran su saludo televisor mediante, llegó el auspicio de la calesita del Parque Lezama.
La ansiedad jamás se hizo notar mientras el gol se negaba una y otra vez. Al contrario, alimentó el entusiasmo y le añadió una cuota de ritmo extra. Pero con el tanto de Carlos Sánchez estallaron las tribunas al grito de “lo único que quiero es ver a River campeón y quemar La Bombonera”. Y, para no menospreciar la presencia del rival de turno, una mención cuando fue expulsado Leandro Romagnoli: “Equipo chico, la pu… que te parió”. Así, la alegría nuevamente se instaló en Figueroa Alcorta 7597, donde El Más Grande volvió a casa para dar un paso importante en busca de su séptimo título oficial a nivel internacional.