Si bien había decidido dejar el fútbol a mediados de 2015, cuando era futbolista de River, el Payaso volvió del retiro para darse el gusto de jugar un solo partido con su hermano Andrés en Estudiantes de Río Cuarto. ¡Gracias por tanta magia, crack!

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Pablo Aimar no había tenido la chance de culminar su carrera como todo jugador desea: dentro de una cancha y en un partido oficial. Hace más dos años, cuando estaba en el Millonario, se vio obligado a dejar la actividad por las constantes lesiones.

En su segunda etapa con el manto sagrado, el cordobés disputó dos encuentros: ingresó en la victoria por 2-0 ante Rosario Central, por el torneo, y también en el triunfo por 2-0 frente a Liniers (Bahía Blanca), por Copa Argentina. Ambos en 2015.

Durante estos dos años y medio, Pablito tuvo una espina clavada, una cuota pendiente. Y a los 38 años, decidió sacársela. Por eso, ayer en Córdoba, brindó su última función como jugador profesional en el empate por 0-0 entre Estudiantes de Río Cuarto y Sportivo Belgrano.

A pesar de que el conjunto cordobés quedó eliminado (había caído 2-1 en el partido de ida), Aimar se dio el lujo de volver a estar en contacto con la pelota y de tirar magia. Disputó 50 minutos, metió algunos pases exquisitos y hasta tuvo un buen remate que le sacó el arquero rival.

Tras el encuentro, el exvolante del Más Grande contó cuáles fueron sus sensaciones: “Estuvo bueno. No pudimos pasar, pero fue una linda fiesta para los que vinieron a al cancha, a ver, a disfrutar, a pasar un buen rato de fútbol. Podía salir bien o no. Para mí salió bien porque pude jugar con mi hermano”.

“He hecho una carrera larga por todo el mundo, Ana me dio cuatro hijos divinos, se lo agradezco toda la vida. Se termina una etapa acá, ellos me acompañaron para todos lados, a mis viejos, hermanos… Sé que vino Marcelo Bielsa, es una emoción enorme para mí. Me hubiese gustado ganar, pero jugar por algo tiene estas cosas”, añadió el Payasito.

A su vez, Aimar anunció su retiro de manera oficial: “Yo ya estoy, este fue mi último partido y no me voy a olvidar nunca más de esto. Debuté en la Primera de Estudiantes y jugué un partido, ja. El fútbol me dejó amigos, enseñanza, gente buena. Lo de hoy es la culminación a todo eso y es difícil ser consecuente, pero me gustó que sea así, jugar por algo, con mi hermano, con mi familia ahí, con Marcelo (Bielsa) en la tribuna, es impresionante“.

+ La emoción del padre de Aimar