El mediocampista uruguayo tendrá su despedida de River en Japón, donde jugará su último partido vistiendo el manto sagrado. Renueve o no el contrato, su salida será inevitable para la dirigencia, que buscará un rédito económico para el club de Núñez.

Hace rato que se ganó el cariño de los hinchas. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, se acentúa. Crece. Supera día a día los límites conocidos. Y es justo. Carlos Sánchez, clave en el funcionamiento de Marcelo Gallardo, marcó dos goles frente a Chapecoense y recibió una enorme muestra de afecto, inédita hasta entonces: “Y Sánchez no se va, y Sánchez no se va / No se va, y Sánchez no se va”.

Pero, lamentablemente, el volante charrúa se irá. Es casi un hecho. Una causa de fuerza mayor evitaría la partida del jugador surgido en Liverpool, de Uruguay. Por lo pronto, la dirigencia pretende una resolución inmediata. Espera que tanto el todoterreno que tiene River como su representante definan qué hacer. Y ese qué hacer es la extensión o no del vínculo formal, cuya fecha de vencimiento es el próximo 31 de diciembre.

La intención de Sánchez es dejarle dinero a River. Aunque eso cada vez resulta más complejo. En caso de prolongar su contrato, la dirigencia deberá transferirlo ante la primera oferta razonable para cumplir con el deseo del volante, quien anhela una mejora sustancial en términos económicos. El Más Grande de ninguna forma se encuentra en condiciones de abonarle lo mismo que en Brasil o México, posible destinos.

Según averiguó La Página Millonaria, en River ya hay resignación con respecto al asunto. Utilice o no una lapicera para dejar su autógrafo en diferentes documentaciones, Sánchez se marchará. Es imposible que rechace los dólares en mano y en cantidad que le prometen desde diversos puntos. Más allá de su increíble crecimiento, no está salvado. Por eso, en la mejor de las situaciones, quedará dinero en Figueroa Alcorta 7597. Pero sigue el riesgo de que eso no ocurra.Si bien es verdad que reemplazar a un futbolista de las características de Sánchez parece una misión difícil, no sólo por condiciones técnicas sino también económicas, un contrato suculento implicaría presiones del resto del plantel. Entre la propuesta de River y la que preparó América, de México, existe una brecha gigante. Como si fuera poco, pese a que resulte antipático mencionarlo, si no firma en Núñez al uruguayo le quedaría el pase en su poder.

+ Sin dudas, su gol más importante:

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