De jugar en un equipo que descendió a la Primera D a repartir pizzas en una bicicleta porque el sueldo no le alcanzaba para vivir. Así puede resumirse la historia de vida de Rodrigo Aliendro, el segundo refuerzo para el River de Gallardo. Tras quedar libre de Colón, el volante se hizo este lunes la revisión médica y firmó su contrato hasta diciembre de 2025. Detrás del jugador pensante, experimentado y dueño de cada mediocampo en el que estuvo se esconde una crónica de vida marcada por el esfuerzo y la superación.

Aliendro dio sus primeros pasos en las inferiores de Argentinos Juniors pero el Bicho lo dejó libre y con 16 años de edad tuvo que embarcarse en distintas pruebas futbolísticas para conseguir club. Terminó quedando en Chacarita y es ahí donde su talento de a poco comenzó a verse a los 20 años (edad algo tardía), aunque lamentablemente no estuvo acompañado de un buen contexto institucional. 

El Funebrero terminó descendiendo a la B Metropolitana en 2012 y sin lugar en el equipo, Aliendro firmó a préstamo por una temporada en Ituzaingó, por ese entonces en la Primera C. Como es sabido, los futbolistas que se desempeñan en dichas categorías suelen tener dos trabajos porque el salario que les ofrecen los clubes no les alcanza para subsistir. Con 22 años, Peti, al ver que el panorama era realmente complicado, empezó a trabajar de delivery de pizzas para un local de barrio.

Aliendro ya firmó su contrato con River hasta el 31 de diciembre de 2025. (Foto: Prensa River)

Agarraba su bicicleta y se ponía a repartir pizzas y empanadas por el Gran Buenos Aires por las noches para luego entrenar en la mañana. "Es real lo de las pizzas, eso fue ya de grande, cuando jugaba en Ituzaingó. Repartía para una pizzería común y corriente. También le he dado una mano a mi viejo en varios lados y trabajé mucho por mi cuenta pero por suerte eso ya es pasado", contó hace un tiempo, cuando empezaba a romperla en Colón.

Esa temporada, la 2013/14, Ituzaingó terminó descendiendo a la Primera D (categoría amateur) y Aliendro, que tuvo un buen desempeño con cinco asistencias y tres goles en 32 partidos, volvió a Chacarita, ya mejor formado y con ganas de triunfar. Pudo devolver al Funebrero a la B Nacional siendo titular indiscutido en aquel equipo dirigido por Fernando Gamboa y fue en 2016 cuando Atlético Tucumán posó los ojos en él y compró el 50% de su pase en 600 mil dólares.

Aliendro vistiendo la camiseta de Ituzaingó en temporada 2013/14. (Foto: Prensa Ituzaingó).

La historia reciente es más conocida y está presente en la mayoría de los hinchas. Aliendro se convirtió en pieza fundamental del Atlético Tucumán que fue protagonista a nivel internacional, jugando incluso Copa Libertadores, y en 2019 le llegó el momento de calzarse la camiseta de Colón, donde terminó de explotar y demostrar de qué estaba hecho. Se hizo dueño de la mitad de la cancha y sacó a relucir todas sus cualidades técnicas: dinámica, orden, inteligencia, precisión, conocimiento táctico, entre tantas otras que hicieron que Gallardo lo "reclutara" para su River versión 2022.