Siempre es bueno conocer un poco más a fondo la historia de Ángel Labruna, uno de los máximos exponentes de la historia de River. ¿Y qué mejor cuando es narrada por protagonistas como Ubaldo Matildo Fillol en primera persona?
El histórico arquero del Millonario relató una experiencia increíble junto a Angelito. “Soy el arquero que tiene el récord de penales atajados en el fútbol argentino y también tengo la marca de mayor cantidad de penales atajados en un sólo torneo. Lo cierto es que cuando River me compra de Racing, venía con la fama de ser un arquero ataja-penales. Un día el entrenador (Ángel Labruna en esa época) me llamó y de manera irónica me preguntó: ‘Venga, Fillol. Me contraron que usted ataja muchos penales. ¿Es así?’. Yo le dije que sí y preguntó nuevamente. ‘Usted serían tan amable de permitirle que le patee cinco penales?’. Yo me negué al princiío con miedo a que me lastimara. ‘Bueno, hagamos algo. Si usted me ataja uno, le doy un premio. Es más Fillol, voy a ser generoso. Si usted me adivina a qué palo va tan sólo uno, haga de cuenta que me lo atajó'”, comenzó relatando en su libro ‘El Pato’.
Y continuó: “Me quedé mudo. Tanto su murada como su forma de expresarse eran las de un hombre totalmente determinado, incluso, a pesar del tono irónico con el que me había desafiado. Fuimos al arco que mira al Río de la Plata, donde todavía no se habíaconstruido la actual platea Sívori alta. Labruna tenía unas zapatillas ‘Flecha’ de lona que venían con cordones. Yo estaba vestido como todo un jugador profesional antes de arrancar la práctica, con ropa deportiva, guantes y botines. Angelito pateó los cinco penales. No le atajé ni uno. Tampoco pude adivinar un sólo palo. ¡No podía creerlo! Pocas veces vi en mi vida a un futbolista pegarle al balón con semejante precisión. Los tiraba fuerte, apuntando a un palo y la pelota entrada milimétricamente a centímetros del palo, a la red lateral. Todavía recuerdo cómo se paraba: tres pasos a la derecha, se acomodaba, ensayaba una especie de rodeo y… ¡zas!. A buscarla adentro. Una pegada sublime”.
Para cerrar, explicó lo que era la figura de Ángel en el Millonario. “Labruna ya era mayor, se había retirado hace varios años, ¡y me estaba pateando a mí, un pibe en pleno esplendor con sus zapatillas ‘Flecha’! Primero me desafió y luego me ridiculizó. Ese día entendí por qué Labruna fue y será tan frande como marca histórica de River. Y creanmé que en esta anécdota no hay ni un cachito de exageración”, concluyó el Pato.