El arquero de River tuvo que entrar de manera improvisada por la lesión de Barovero y nuevamente fue importante. Brindó seguridad y sacó una pelota bárbara, aunque lamentó haber ingresado en esas circunstancias.

Nadie esperaba que Marcelo Barovero saliera lesionado. Pero Trapito pidió el cambio tras sentir una contractura en la pierna derecha y le abrió la posibilidad de ingresar a Julio Chiarini.

“Por ahí triste, porque entré por la lesión de un compañero, pero en este puesto casi siempre uno entra de esa manera. Estaba un poquito nervioso porque era un partido importante. Es mi tierra, estaba mi familia. El nerviosismo de entrar y tener que mostrar estaba, pero traté de hacer un buen partido”, contó.

Chiarini jugó su quinto partido en River -dos ganados, tres empatados- y sólo le metieron dos goles. Pero el arquero lamentó no haber podido mantener la valla invicta: “Una lástima, pero gracias a Dios el equipo ganó, que es lo importante”.

“Jugamos ante un rival que juega este tipo de partidos, con buenos jugadores. Por momentos tuvimos que meter. Después del gol jugamos mucho mejor. Fue un partido duro, es difícil ganar acá. Es durísimo”, agregó al salir del vestuario.

También se refirió a las constantes comparaciones con el equipo que brilló en 2014. “Teníamos un nivel que es difícil mantenerlo. Los rivales te empiezan a conocer, cuando no se puede jugar tratamos de meter. Tenemos que volver a lo que fuimos en un momento, pero de a poquito”, cerró.