Pablo Lavallén descartó cualquier acercamiento y aclaró que lo ve como un sueño a largo plazo, pero remarcó que el Millonario es su casa y que, cuando tenga más rodaje como entrenador, espera tener una chance en el Más Grande.

Atlético Tucumán fue una de las revelaciones de 2016 en el torneo local. Para 2017 llegó Pablo Lavallén, quien llevó al Decano a la fase de grupos de la Copa Libertadores, donde anoche ganó un partido clave para seguir con chances.

Los elogios para el exdefensor llegan desde todos lados y más de uno se animó a ponerlo como candidato para reemplazar a Marcelo Gallardo si finalmente el Muñeco decidiera no continuar una vez que finalice su contrato con River en diciembre.

“Lógicamente uno escucha comentarios. Sin dudas no hay nada en concreto y mi mente está puesta en Atlético, esta participación que tenemos por primera vez en la Copa Libertadores. Me tiene más que ocupado. Es un elogio para nosotros como cuerpo técnico que se hable aunque sea de nuestro trabajo y lo tomo como un desafío para seguir mejorando”, le explicó Lavallén a La Red.

“River es mi casa, a los seis años llegué a River, jugué hasta los veintitrés. Después cinco años como entrenador de inferiores. Conozco cada rincón de River, cada persona que pasa por ese club. Y sé que no es fácil llegar a dirigir a un equipo grande como River, que tiene tanta historia. Yo estoy haciendo mis primeros pasos, no llego al año y medio dirigiendo en Primera. Así que tengo un camino largo por recorrer y Dios dirá en qué momento aparece alguna oportunidad que son de las más importantes que uno puede tener como entrenador”, agregó.

Lavallén jugó de 1991 a 1996 en la Primera de River, ciclo en el que ganó tres torneos locales y la Copa Libertadores. Además, como entrenador de inferiores, se quedó con el título en Séptima y Octava División.

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