La nueva modalidad para la reserva de entradas que estrenó River anoche resultó tan caótica como todas las anteriores. Los inconvenientes que presentó TopShow mantuvieron el malestar del socio.

No es la solución. Pueden sacar a Livepass, poner a TopShow y hasta probar con tecnología NASA que el problema va a seguir siendo exactamente el mismo: no hay sitios, servidores o empresas que se puedan bancar la demanda que genera el hincha de River durante una venta o reserva de entradas. Al menos no al costo que puede afrontar el club de Núñez.

De hecho, tampoco se lo pudo bancar Ticketek durante la época de Aguilar, pese a que se trataba de la madre de los sitios de venta online. Las miles y miles de conexiones en simultáneo provocaron demoras, eternas pérdidas de tiempo, el desgaste del bendito F5 y el inevitable malestar del socio con todos y cada uno de los sistemas que improvisaron las diferentes empresas.

Anoche, durante el estreno de TopShow, se repitió la historia. Esta nueva modalidad a la que los dirigentes de River señalaron como la solución para todos los males del canje de entradas resultó el mismo caos, aunque con distinta plataforma.

El sistema funcionó apenas por un instante, por un minuto: a las 21, varios socios pudieron acceder al sitio, loguearse y reservar su entrada. Pero a partir de ahí, la inefable saturación se apoderó de la mayoría de los hinchas, quienes volvieron a explotar de bronca a través de las redes sociales.

Fue justamente ahí cuando la comunicación, el servicio y la contención del club para con el socio volvieron a brillar por su ausencia. Nadie explicó nada, nadie informó nada. La gente tuvo que arreglárselas como pudo y cuando pudo para afrontar este nuevo canje.

Un canje que, además de todo, presentó problemas y errores básicos de programación, como la desaparición del captcha (el código de seguridad que requiere el sistema para iniciar el proceso de reserva) o la pérdida de sesión justo al momento de loguearse, lo que generó que el socio tuviera que tener suerte por partida doble: primero para ingresar al sitio y después para acceder al sistema.

Y junto con ello, cambios absurdos en la organización del retiro de entradas. Ahora, el socio dispone de un único día para retirar su localidad reservada, con lo que la gente no solo debe aggiornarse a un proceso de reserva pautado para el mismo día en el que juega River, sino que además deberá amoldar su semana a la disposición del club… En fin, un nuevo sistema que, lejos de aportar soluciones, mantuvo los inconvenientes de siempre y cayó en viejos problemas del pasado.