En Washington, Guatemala y Colombia, las filiales se reunieron en diversos lugares del continente para ver el superclásico entre todos y vibrar con un empate que llegó sobre el final.

Si hay una pasión que no depende de kilómetros o límites, esa es la de los simpatizantes de River. Alejados del país de origen, los hinchas del Más Grande llevan su amor por La Banda a diversos lugares del planeta y, una vez allí, siembran una semilla que tiene como fruto el amor de los nativos para una camiseta antes desconocida.

Así, de un puñado de solo algunos, se arman numerosos grupos de personas que, motivadas por ese sentimiento, organizan filiales en todo el planeta: en esta ocasión, además de las fiestas en Miami, Nueva York, Barcelona o Medellín; en Washington, Estados Unidos; Guatemala; Bogotá y Manizales; Colombia también se juntaron para vibrar con el Superclásico.

Desde tempranas horas se juntaron en las calles de las ciudades y caminaron hacia el lugar en el que visualizaron el partido más esperado: sufrieron con la aparición de Magallán y, como en el Monumental, en Asia o en Oceanía, gritaron como locos el empate de Pezzella.

+ IMÁGENES: el aliento de la filiales en el mundo.