Durante los primeros partidos del segundo semestre de 2025, en River se vio una mejoría futbolística muy de a poco ilusionó a los hinchas de cara al partido del próximo jueves ante Libertad de Paraguay por la Copa Libertadores. Sin embargo, el crecimiento no termina de ser sostenido y sigue habiendo un grupo de jugadores que no logra activarse y ensamblarse en el once inicial.

En el empate sin goles contra Independiente, donde el equipo, en líneas generales, no jugó bien, aquellos que aún no le encuentran la vuelta al funcionamiento quedaron expuestos al no poder darle soluciones al entrenador.

Borja sigue con su sequía. (Getty)

En primer lugar, los casos más resonantes son los de Miguel Borja y Gonzalo Martínez. Mientras que el colombiano desaprovechó una buena chance de romper su mala racha goleadora jugando nuevamente como titular, el enganche ingresó en el segundo tiempo y se mantiene en una sintonía de flojos rendimientos, sin cambiar la ecuación ni aportar nada distintivo cuando ingresa.

Borja y Pity Martínez no levantan cabeza

Por el lado del colombiano, hay que dividir su partido en dos. A la hora de asociarse, estuvo fino y preciso. Sin embargo, volvió a estar lejos del gol: cuando pisa el área no logra quedar de cara al arco, y ahí es cuando su nivel realmente preocupa. River necesita goles.

Martínez, por su parte, está muy lejos del nivel que supo tener a fines de 2024. En su anterior regreso, el Pity se hizo eje del equipo y hasta se ganó el puesto. Sin embargo, en esta vuelta, tras la lesión física de comienzos de año, el volante se muestra impreciso y a destiempo.

Pity Martínez no logra darle soluciones a Gallardo. (Getty)

Castaño y Enzo Pérez, una dupla que no se encuentra

Lejos de la sociedad que lograron a comienzos de año, siendo uno de los puntos más destacados del equipo, la vuelta al fútbol tras el Mundial de Clubes encontró a Enzo Pérez y Kevin Castaño desencontrados, tanto posicional como futbolísticamente.

Los dos volantes centrales están teniendo fallas en el posicionamiento al presionar alto, y eso se puede pagar caro. Salen tarde, a destiempo, y eso genera espacios para el rival. Esto se refleja en la gran cantidad de faltas que comete el mediocampo del Millonario.

Castaño debe reencontrarse con su mejor nivel. (Getty)

Por otro lado, la ausencia de juego queda en evidencia al ver la pérdida de poder ofensivo que atraviesa Castaño. El colombiano está demasiado pendiente de cubrir su espalda y, por eso, no se suelta con naturalidad ni confianza.