El futuro de Cristian Jaime en River ya está garantizado. Luego de algunos conflictos en la negociación por la firma de su primer contrato profesional, el talentoso atacante de 19 años puso el gancho y rubricó su continuidad en el Millonario por poco más de tres años.
Según lo informado por el club en un comunicado emitido este viernes, el nacido en Tigre selló su vínculo hasta el 31 de diciembre del 2028 y con una cláusula de rescisión que, si bien no fue detallada, sería nada menos que de 100 millones de euros, tal como las que tienen Bautista Dadín e Ian Subiabre.
Así, el Más Grande logró blindar a una de las joyas de la Reserva que conduce Marcelo Escudero tras semanas en las que crecía la incertidumbre por su continuidad. Es que el juvenil había rechazado firmar su contrato en la previa del partido ante Atlético Tucumán, para el cual figuraba en la nómina de convocados siendo desafectado luego de esta decisión.
Pese a esto, las negociaciones continuaron mientras que Jaime siguió rompiéndola en Reserva. Sin ir más lejos, el pasado lunes convirtió un doblete en la goleada por 4-0 ante Talleres en Córdoba y ya parece pedir pista para debutar en el primer equipo.
La historia de Cristian Jaime
Cristian Jaime nació el 14 de julio de 2006 en la localidad de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Como casi todos los jóvenes talentos del club, comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol en clubes de barrio, cerca de su hogar. En su caso particular, arrancó jugando en el club Juventud de Tigre a los cinco años, donde iba acompañado de su abuela Elvira. Tiempo después, pasó por Deportivo Armenio y también por Rincón, donde lo vieron los ojeadores de River.
Su llegada también tiene muchos puntos de contacto con la mayoría de las historias de fútbol infantil: le ofrecieron una prueba en River, se presentó y deslumbró. En el caso de Cristian Leonel, no necesitaron probarlo muchas veces: con una sola práctica alcanzó para levantar el pulgar y decidir ficharlo. Jugó de enganche y demostró que tenía todo lo que tiene que tener un número diez para vestir el Manto Sagrado.
Lo que vino después, fueron años de aprendizaje y también de lucha. Es que Cristian Jaime ingresó en una categoría que funcionaba y jugaba casi de memoria. Que tenía como enganche o mediapunta a un tal Claudio Echeverri y a un centrodelantero como Agustín Ruberto. Por eso, en los primeros años de fútbol infantil le tocó ingresar desde el banco o bien jugar en Liga Metropolitana.
Ya en juveniles, Cristian Jaime comenzó a jugar en la categoría 2006 con más continuidad. Allí pudo demostrar todo lo que venía mostrando en infantiles. También potenció muchas de sus virtudes y se adaptó a otras posiciones en la mitad de la cancha, más allá de sus dotes naturales como enganche.
“Soy un jugador habilidoso, rápido y fuerte en el uno contra uno. Además, estoy llegando seguido al gol. También soy metedor a la hora de presionar y recuperar la pelota”, se definió hace algún tiempo atrás a la hora de hablar sobre sus principales características. “Esequiel Barco y Ángel Di María son dos jugadores a los que admiro y observo, tanto por mis características como por la posición en la que estoy jugando“, señaló a la hora de elegir sus referentes.
