Bienvenida la posibilidad de elegir autoridades en nuestro Club. Nuevamente se vivió una jornada democrática para aplaudir y donde el 61% de los 25.890 socios que se acercaron a votar al Estadio Monumental, respaldaron al modelo actual de gestión desarrollado por el oficialismo y convirtieron a Stefano Di Carlo como nuevo presidente de River Plate.

Una multitud concurrió a votar para decidir el futuro de los próximos 4 años. En su mayoría todos vestidos con ropa representativa de estos colores que tanto amamos. Fueron elecciones presidenciales que le permitieron a la gente expresar libremente en las urnas su pensamiento sobre la situación actual del Club. No se trató solamente de una jornada política. Al contrario. Fue un sábado que tuvo más características de un evento social y deportivo que de mantener o provocar una disputa que genere una grieta política como la que estamos acostumbrados a vivir en el ámbito nacional. No hubo enemigos ni bandos. Tampoco momentos de tensión o violencia como si hemos visto suceder en otros clubes. El socio de River participó en paz. Mostrando su madurez y compromiso pero también tomándolo como un día ideal para recorrer y conocer las nuevas instalaciones, visitar el museo, reencontrarse con viejos conocidos, caminar por el estadio y disfrutar de uns comida en los distintos sitios gastronómicos que posee el Monumental. Tambien pudieron cruzarse con los candidatos, dialogar con ellos y emitir su voto muy fácilmente con el método de boleta electronica implementado para esta elección. Todo bien organizado y envuelto en un clima amable que nos permite afirmar que la jornada que se vivió ayer debe ser un motivo de orgullo para todos los riverplatenses.

Las campañas previas de cada uno de los candidatos, también fueron en esa sintonía. No hubo ese clima caliente que se pudo percibir en la elecciónes del 2005, 2009 o 2013. Esta vez no existieron denuncias de corrupción, agresiones o descalificaciones verbales. Tampoco enfrentamientos personales entre los candidatos ni la intención de meter a la Inspeccion General de Justicia para ensuciar las cosas. El mal momento actual del fútbol no provocó enojos feroces ni promesas electorales fuertes. No hubo el típico “Voto Bronca”. Todos los candidatos coincidieron que la presencia de Marcelo Gallardo es necesaria para revertir en el futuro este presente negativo. La imagen del DT apagó cualquier posible conflicto mediatico en debates o entrevistas. Una muestra clara de esto es que ninguno recurrió a la presencia de algún ex jugador importante de nuestra historia para que los acompañe. Una practica habitual en cada elección dentro en un club. El político busca en la figura deportiva la aceptación popular que a veces no tiene. Evidenteme aquí nadie puede competir todavia con la estatua del Muñeco.

Stefano Di Carlo se transformó en el nuevo presidente de River en una jornada histórica y bien riverplatense. Foto: Diego Haliasz / La Página Millonaria.

¿Qué votó el socio con Di Carlo?

¿Qué votó el socio? Votó continuidad a un proyecto político que se inició en el 2013 y lo sacó a River del peor momento de su historia. Una dirigencia que encontró un club en emergencia económica y financiera, con centenares de cheques rechazados por varios millones de dólares, con una enorme cantidad de demandas judiciales, con un estadio prácticamente abandonado y una realidad deportiva lejana a lo que acostumbra nuestra grandeza. El último periodo de Jose Maria Aguilar y la presidencia de Daniel Passarella le provocaron un daño profundo al Club. Rodolfo D’Onofrio y su equipo lo fueron reparando durante su primer mandato. A partir de este cambio político, River volvió a respirar y de a poco a transitar una de las etapas mas gloriosas y felices de su vida. Los triunfos deportivos se multiplicaron tanto a nivel nacional como internacional. Se cumplió un gran sueño en Madrid. La economía creció a niveles altisimos. La gente se volvió a asociar masivamente y el Monumental empezó a quedar chico. Eso disparó internamente la decisión de realizar la obra más importante de los últimos 50 años: La ampliación y modernización del Estadio. Ese proyecto ambicioso que comenzó en una etapa tan delicada para el país como fue la pandemia, ya lo tenía al frente de la institución a Jorge Brito (elegido por mas del 70% de los socios) como el siguiente eslabón de esta gestión dirigencial exitosa. La institución en estos últimos 4 años tuvo una transformación estructural extraordinaria. No solamente el Monumental cambió su cara. Por donde se camine se encuentran nuevos espacios y obras que mejoraron lo anterior. El Colegio y la Universidad se trasladaron a otro lugar dentro del Club y potenciaron sus comodidades. El Museo es un lujo. El predio de Ezeiza está a la altura de los mejores complejos de entrenamiento de America y el que se está terminando de construir sobre Cantilo impacta por sus canchas e instalaciones y será un lugar fundamental para el buen desarrollo de las divisiones inferiores. A todo esto, se le suma la adecuada explotación de recursos genuinos para encontrar una solidez económica y financiera inédita en la historia y que se reflejan en los balances superavitarios que se fueron presentando año tras año.

Así fueron los resultados de las elecciones en River.

Todo eso fue lo que evaluó la gente a la hora de elegir a Stefano Di Carlo como el hombre que va a continuar el camino realizado por su antecesores. Es lo que intentó demostrar la foto elegida por el oficialismo para realizar la campaña. D’Onofrio, Brito y Di Carlo juntos. El pasado, presente y futuro. El legado de una gestión llena de logros y amplia aceptación en la masa societaria. Tanto D’Onofrio como Brito pueden ir a la cancha cuando quieran. Algo que los anteriores presidentes no pueden hacer por una fuerte condena social que cae sobre ellos. Situación que también se da en muchos clubes de nuestro país.

¿Quién es Stefano Di Carlo?

Una persona de familia riverplatense. Nieto del histórico “Titi” quien fuese vicepresidente y presidente en la década del 80. Una persona joven, preparada e inteligente que rápidamente ocupó cargos importantes dentro de la estructura política por su capacidad y visión dirigencial. Motor fundamental en muchas de las tareas realizadas, fue agigantando su figura durante todos estos años, provocando que en los debates internos del oficialismo se llegue a la conclusión y se tome la decisión de que era el candidato indicado para continuar con el legado. Dueño de proyectos ambiciosos e importantes para el futuro de River (se anunció el techado del estadio y ampliar su capacidad a 100 mil espectadores) iniciará su Era con un destacado respaldo del socio pero con la obligación de recuperar el éxito deportivo en el corto plazo. El fútbol hoy en día es lo más flojo que tiene el club y eso siempre marca la temperatura anímica de la gente. River perdió mucho en los últimos 2 años y deberá empezar a ganar para cortar con esta etapa negativa y llena de fracasos. Di Carlo confía en Gallardo y esta muy bien. Lo que si debe haber en su gestión es un control más riguroso sobre los jugadores incorporados, los montos de los contratos firmados y por firmar, en la decisión firme e irrenunciable de apostar a los pibes de inferiores, mantenerlos un periodo lógico y por supuesto en hacerse respetar a la hora de tener un buen vinculo dentro de la AFA. Ese parece ser el camino correcto para encaminar el fútbol.

Sus otros desafios serán mantener el crecimiento económico, potenciar todo lo vinculado al marketing e instalar aún más la marca River a nivel mundial. Debe continuar con el espíritu educativo de los chicos que concurren al colegio y la universidad. Intentar respaldar los deportes federados para que River sea la institución más competitiva de Argentina. Y también un aspecto importante: ser amigable con el socio, hacerlo sentir cercano y cómodo. Darle la posibilidad de disfrutar de una gran vida social sin que la cuota sea la variable de ajuste económico. Hacia eso debe dirigirse River de la mano de su flamante presidente. Los miles de socios que lo eligieron y los millones de hinchas que acompañan y alientan, desean que su gestión sea exitosa para poner a River Plate otra vez en lo mas alto del continente. Como corresponde y como debe ser. Ojala suceda.