Pablo Aimar tuvo dos ciclos en River. El primero fue desde 1996 hasta fines del año 2000, mientras que el segundo duró poco más de seis meses, en 2015. Ahí se dio el gusto de vestir el manto sagrado luego de su extensa carrera en Europa.

"El hecho de volver a jugar en esa cancha, con la gente, con la camiseta. Fue el sueño de haber jugado de nuevo con la camiseta de River. Para mis hijos fue algo normal, pero para mí no, fue algo maravilloso", recordó el Payaso, quien regresó en un 2-0 sobre Rosario Central y tuvo su siguiente partido en Formosa, también con un 2-0 ante Liniers (Bahía Blanca).

Más allá de la nostalgia por aquellos capítulos finales, Aimar destacó un momento de sus inicios, con Ortega como compañero: "A mí me pasó algo hermoso con Ariel. Me fueron a buscar al colegio de River para entrentar con la Primera y no tenía ni botines. Ariel agarró y me regaló unos botines. Todavía me acuerdo de los botines que me regaló".

Pese a que siempre disfrutó del fútbol, el hombre de 40 años admitió que no fue fácil el esfuerzo realizado y que siempre se pregunta si lo volvería a hacer. "Somos unos privilegiados, no pongo en duda eso. Lo que sí digo es que fue duro con 15 años bajarme en Lugones, a las seis y media de la mañana y con tres grados bajo cero, viniendo de mi casa de Río Cuarto", remarcó, en diálogo con River Monumental, por AM 1030 Del Plata.

Además, Aimar, cuyo vínculo actual en el fútbol es como DT de la Selección Argentina Sub 17, resaltó la ausencia de presión por parte de su familia. "Mis padres siempre me dieron la libertad de volverme, pero haciéndome sentir que tenía una oportunidad", valoró.