A poco menos de una semana para que River regrese a los entrenamientos luego de un período de vacaciones, el mercado de pases en Nuñez por ahora transcurre con tranquilidad. Marcelo Gallardo pretende jerarquía para reforzar al plantel -en principio buscaría dos incorporaciones- y le apuntó a dos ex River: Lucas Alario y Sebastián Driussi. Lo del Pipa se diluyó antes de traducirse en algo concreto, y lo de Driussi, que estuvo cerca de darse hace seis meses, también empieza a enfriarse pese a sus ganas de tener un segundo ciclo en el club.

El Gordo, que desde enero viene manifestando públicamente su deseo de volver, tiene todavía un año más de contrato con Zenit y la decisión de no renovarlo está tomada. Hasta ahí, guiño para River. Pero el conjunto ruso, que pagó 15 millones de euros por su pase a mediados de 2017, busca venderlo en el mercado europeo en este mercado de pases, para recuperar algo de la inversión que realizó y evitar que el delantero se vaya con el pase en su poder. Además, con el complicado contexto económico de Argentina que golpea a los clubes hace un año y los tiene en jaque con las finanzas, al Millonario se le haría sumamente complejo afrontar el costoso contrato de Driussi

Retener a Borré a toda costa

Con las cartas sobre la mesa y analizando las opciones, el Millonario hará todas las gestiones posibles para retener a Rafael Santos Borré, cuyo contrato vence el 30 de junio y es casi un hecho que no va a renovar -porque River debería desembolar 3.000.000 de euros al Atlético de Madrid-. Una vez libre, la dirigencia le hará una suculenta oferta para intentar retenerlo, con un significativo aumento de sueldo y una cláusula de salida, y así evitar que emigre. De lograrlo, no llegará ningún delantero y el Muñeco se abocará a la búsqueda de un volante de características ofensivas.